Se mantiene paso ilegal por las trochas, pese a reapertura de la frontera

El gobierno evalúa nueva medidas para reforzar seguridad en la zona.
Viajeros siguen utilizando los pasos ilegales para hacer su recorrido entre Venezuela y Colombia.
Escrito Por:
Rafael David Sulbarán


“Trocha, trocha, está cerrado señora”, grita José Luis Marcano a una viajera que cruza el puente Internacional Simón Bolívar en Villa del Rosario. Desde el otro lado de la baranda, José, junto con otros amigos “trocheros” observan a las personas pasar esperando que la reapertura de los pasos fronterizos de Colombia no les afecte el trabajo. “Ha pasado menos gente en estos días y eso nos preocupa ya que con eso vivimos”.


José explica que las personas ahora están aprovechando la reapertura de los puentes para pasar de manera oficial “sin tener que pagar por la colaboración en el camino”, pero que el paso sigue como antes, sin muchos cambios.


José trabaja en la trocha La Pampa, una de las más concurridas en el cruce fronterizo entre Venezuela y Colombia.
En la entrada de la trocha la dinámica es fluida, entre sale y entra a Venezuela sin cesar. Se esperaba que con la reapertura de los pasos oficiales de Colombia con Venezuela la llegada fuera masiva, pero el gobierno de Nicolás Maduro desde Caracas ordenó que se mantuviera cerrado el lado venezolano. Por esta razón el panorama no cambió mucho cuando un decreto de última hora, estableciera la apertura de los puntos fronterizos que se mantuvieron cerrados desde el pasado 14 de marzo obligados por la emergencia sanitaria que ha generado la Covid-19.


Unos seis jóvenes se agrupan en la entrada de La Pampa, como cazadores esperando una presa. “Señora, ¿le ayudo? Se ve que le pesa esa bolsa, por unos 10 pesitos va a llegar tranquila al otro lado”, le grita Manuel Silva, a una joven que lleva bolsas con comida hacia la entrada del camino. Manuel es uno de los jóvenes que allí esperan. Se gana entre  15 y 30 mil pesos al día por los viajes. También aprovecha los camiones con escombros que llegan cerca a descargar el material desechado. “El otro día saqué como 30 mil en puro hierro”, dijo. Pero antes del cierre, cuenta el joven que ganaba mucho más, por eso espera que todo se normalice.
“Eso nos tumbó todo el negocio y bueno, hemos tenido que reinventarnos. Claro, la trocha se ha mantenido activa, pero ahora hay mucha más gente trabajando en ellas”, agregó José. Estos nuevos afanosos en estos antes se dedicaban a transportar la mercancía de migrantes pendulares que llegaban a Villa del Rosario a abastecerse, ahora han tenido que rebuscarse allí.
“Pedimos que abran ese puente, eso nos ayudaría a todos acá, la economía se acomodaría, pero esta gente parece que no tiende eso”, dijo José refiriéndose a los gobiernos de ambos países.

 

Pocas ventas


En las cercanías del puente, el comercio informal sigue trabajando sin descanso, pero sin la remuneración esperada. “Tal vez mucha gente creyó que esto se iba a reventar de gente cuando abrieran ese paso, pero ya vemos que es mentira”, comentó Ashley Pacheco, oriunda de Valencia y vendedora de dulces. Ella considera que todo está igual con esta nueva apuesta del Estado para reactivar la economía. “No ha cambiado nada, solo vemos unas pocas personas más pasando por el puente, pero todo está igualito, es decir bastante mal”, expresó Ashley.


Para ella es muy difícil que se reabran los pasos fronterizos como estaban antes en 2015, por ejemplo. “Es que mucha gente se beneficia de eso: los trocheros, estos grupos que controlan los pasos y hasta los mismos policías que extorsionan a la gente”, agregó.
Muy cerca, allí ofreciendo cargadores de celulares estaba María Rodríguez. Comentó que todas estas medidas son para el control social, tanto del gobierno como los grupos que manejan los pasos ilegales. “Quieren que hagamos todo lo que ellos quieran, por eso nos imponen esta situación de cierre, cosa que ha quebrado muchas empresas acá. Debemos reclamar por nuestros derechos porque acá no podemos trabajar y lo poquito que hacemos vendiendo cosas en la calle, se nos va en comida y arriendo”, agregó.
Sus palabras coinciden con los cálculos de la Cámara de Comercio de Cúcuta que a finales de 2020 informó que en un 50 por ciento se había visto afectada la economía del eje fronterizo debido a los efectos de la pandemia. Muchos comercios se han cerrado, al no aguantar los estragos.


Pedro Jiménez tenía una venta de zapatos en La Parada y se vio obligado a quitar el negocio. “No pude sostener la situación, por eso he tenido que buscar cómo resolver ahora”, dijo Jiménez. Ahora maneja un taxi pirata que estaciona justo en la salida de la trocha. “Aquí todo el mundo anda en la misma, buscando qué hacer. Yo fui uno de los afectados, creo que más de 10 colegas comerciantes están en la misma, intentando buscar nuevas formas de generar ingresos”. Para Pedro el cierre del puente fue una sentencia y no se muestra optimista ante una eventual apertura total. “Eso no lo veremos nosotros ni nuestros hijos”, vaticinó.
 

Cambio a la vista

Uno de los principales rubros, el de los cambios y remesas, también se ha visto afectado por el cierre, pero ante la flexibilización de las medidas aplicadas por el Gobierno Nacional se muestra optimista. Julián Cáceres es uno de los encargados de un punto de venta y cambio de divisas. Ubicados en casi uno al lado del otro, la estampa de La Parada se distingue por las casas de cambio, pero ahora no se muestran abarrotadas de personas como antes. “No hemos dejado de trabajar porque igual la gente sigue pasando, pero el cierre del puente claramente afectó nuestro ingreso porque la gente se ha cohibido de pasar, sobre todo cuando hay cuarentena radical en Venezuela”, indicó.
El día miércoles las trochas fueron cerradas hasta altas horas de la noche según explicó Cáceres, para evaluar cómo se comportaba el flujo de personas, “es que claro, acá todo se mueve al ritmo de las veredas y el puente.  Pero deben pensar, y eso incluye a todos, en que si la frontera está bien, la economía puede mejorar en los dos países”, reflexionó Cáceres.
 

 

Evaluación  

El gobierno regional, a través de Víctor Bautista, Secretario de Fronteras, Asuntos Migratorios y Cooperación, informó que evaluarán el comportamiento de la situación en los tres puntos fronterizos de Norte de Santander: Puente Internacional Simón Bolívar en Villa del Rosario, Puente Internacional Francisco de Paula Santander en Cúcuta y el Puente Internacional La Unión en Puerto Santander. Ese chequeo se realizará semanalmente, considerando todos los aspectos de movilidad, monitoreo sanitario del coronavirus y la seguridad en los caminos no oficiales y el los alrededores. “Todo esto será evaluado y ajustado con plan de medidas que el 14 de junio permitirá ir ajustando todas las funcionalidades de los pasos de frontera e ir mejorando el trabajo por una frontera más legal y más reactivada económicamente en momentos que lo requiere esta región”, indicó Bautista en un comunicado emitido el pasado miércoles.


Desde la Alcaldía de Cúcuta, Jairo Yáñez, también ha expresado la importancia de la reapertura y que se controle el paso por los puntos ilegales. “Nunca será igual tener la apertura de los dos puentes en este momento que podemos hacer una vacunación en masa a preferir las 50 trochas ilegales expuestos a unos niveles de contagio que son la mayor preocupación de todos porque allí no hay ningún tipo de control, expresó Yáñez.