Gracias a las estrategias de integración del colegio Misael Pastrana Borrero de Cúcuta, hoy cerca de 800 estudiantes venezolanos hacen parte del plantel educativo, al menos la mitad del total de alumnos que reciben diariamente educación de calidad. 

Destacan las directivas de este colegio que el proceso de integración ha sido casi que imperceptible para los menores, pues se ha alcanzado una integración absoluta desde el inicio de las clases, evitando que se presente cualquier tipo de rechazo o casos de xenofobia. 

Estudiantes pendulares

Uno de los estudiantes que hace parte de la población pendular es Yoimar Joseph Serrano Cruz, quien vive junto a fu familia en Venezuela, pero que cada mañana cruza la frontera para asistir a clase en el colegio Misael Pastrana Borrero. Además de ello y por ser un destacado alumno, logró avanzar del grado sexto a octavo con apenas 11 años de edad y gracias sus altas calificaciones.

“El cambio se dio gracias a que a las buenas calificaciones, esfuerzo y sacrificio, ya que si tenía un puntaje de 4.6 en todas las asignaturas durante el primer periodo, podía ser promovido de grado y así fue como logré llegar al curso octavo B. Yo vivo en Ureña y fue por las condiciones de mi país que mis padres decidieron trasladarme a estudiar aquí en Colombia”, dijo Yoimar Joseph.

Una hazaña académica

Tras unas eliminatorias internas, el destacado estudiante fue seleccionado por el colegio para participar en el concurso Spelling Bee de carácter oral que tiene como finalidad alcanzar el máximo número de palabras correctamente deletreadas en inglés, promover el aprendizaje del inglés, la excelencia ortográfica y la ampliación del vocabulario.

Luego de una amplia preparación finalmente el joven fue el ganador del concurso en la categoría básica. Midiéndose después en la competencia con el ganador de la categoría avanzada y ganando de igual manera la competencia.

Este estudiante tiene claro que la dedicación por sus metas escolares es lo que lo llevará a cumplir grandes objetivos en su vida. “Luego de dos años he logrado adaptarme y hoy tengo grandes amigos no solo de mi misma nacionalidad sino también colombianos”, añadió. 

El rector del colegio, Pablo Guillermo Silva, es enfático en destacar que si bien hay un gran esfuerzo por parte de los padres de familia venezolanos para ofrecerles a los menores su educación, hay que reconocer que ese empeño es el que aporta en gran medida al futuro de sus hijos y de las mismas familias.

“Cuando una familia venezolana trae a su hijo hasta acá, es porque le ha dado un valor grande a la educación y aportan ese esfuerzo para que el menor cumpla el objetivo de tener una educación de calidad”, puntualizó.