En el marco del Día Internacional del Migrante, conmemorado cada 18 de diciembre, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) llevó a cabo, el pasado lunes 16 de diciembre, un evento cargado de simbolismo y comunidad en el Museo Casa Natal del General Santander.
La jornada resaltó la riqueza cultural y los aportes de la migración en la región fronteriza, un territorio que es testigo del ir y venir constante de poblaciones, especialmente en los últimos años.
El evento inició a las 8 de la mañana, con la presentación de la obra artística del maestro Ángel Machuca, oriundo de Cúcuta, cuyas piezas ofrecieron un crudo pero conmovedor relato visual de la movilidad humana.
Bajo el título ‘Entre precios y valores’, Machuca presentó una serie de trabajos donde billetes venezolanos, antes símbolo de prosperidad, se transforman en retículas que narran la historia compartida de Colombia y Venezuela.
“Comencé a utilizar el billete venezolano porque era tan fácil de conseguir que permitía manipularlo sin límites. Muchos migrantes cruzaban la frontera con bolsas llenas de billetes que no tenían ningún valor práctico, y eso me llevó a reflexionar sobre el verdadero significado del precio y el valor”, comentó el artista cucuteño.
La muestra artística, organizada por la Fundación del Pilar, fue solo el inicio. Los asistentes también participaron en un recorrido hasta el barrio San José, donde la comunidad fue protagonista de otra intervención cultural: la develación de un mural conmemorativo alusivo al Día del Migrante.
Esta obra colectiva, elaborada en el corazón de Villa del Rosario, representa los lazos inquebrantables entre las culturas de ambos países y la resiliencia de las comunidades migrantes.
La actividad no se limitó a la contemplación. En una labor de integración y colaboración, residentes del barrio San José participaron en una jornada de embellecimiento del parque local.
Guiados por la Red Comunitaria Tejiendo Comunidades en Movimiento, conformada por 19 líderes locales, los vecinos pintaron, sembraron plantas, limpiaron espacios y aprendieron sobre reciclaje y prevención del dengue. La formación previa incluyó visitas casa a casa, donde se promovieron hábitos saludables y el cuidado del medio ambiente.
“Estos espacios son fundamentales porque crean comunidad, fortalecen los lazos entre vecinos y mejoran nuestras condiciones de vida. Aquí nos unimos todos: adultos, jóvenes y niños, para transformar nuestro barrio con nuestras manos”, expresó emocionada Deyanira Flores, una residente del sector.
El evento no solo celebró los aportes de los migrantes en su comunidad de acogida, sino que también buscó generar conciencia sobre el fenómeno migratorio.
La campaña ‘Entre-lazos: con derechos y diversidad construimos comunidad’, lanzada recientemente por la OIM Colombia, sirvió como telón de fondo. Esta iniciativa hace un llamado a la integración y el respeto, recordando que detrás de cada historia migrante hay un lazo que conecta, transforma y construye futuro.
No es casualidad que Norte de Santander sea el epicentro de estas actividades. De acuerdo con Migración Colombia, el 68% de los migrantes venezolanos ingresan al país por esta región, y más de 213,000 se encuentran en Cúcuta.
Estos flujos constantes han planteado grandes desafíos en términos de empleo, servicios y educación, pero también dan pie a ejemplos vivos de solidaridad e integración.