Camila es hija de padre colombiano y madre venezolana. Ella nació hace 9 años en el estado Zulia, al occidente venezolano, pero hace 3 años se mudó a Colombia, específicamente a Cúcuta con su mami. Dejó el primer grado a medias en un colegio privado en su país de nacimiento, pero a su familia le tocó migrar porque era insostenible la situación económica y social que vivían a diario.
En Cúcuta volvió a comenzar el primer grado en el colegio San José de Cúcuta, donde la matricularon con su partida de nacimiento venezolana. “Solicitamos el cupo, la matricularon con el código NES en el grado correspondiente y gracias a Dios ya Camila pasó para el cuarto grado con muy buenas notas, es beneficiaria del PAE y eso es una ayuda enorme para nosotros como familia acá en Colombia”, dijo su mamá Olga Naranjo.
La historia de Camila no es única. Solo en su salón hay 13 niños venezolanos.
Colombia se ha convertido en país receptor de este fenómeno migratorio acogiendo a más de 1.715.000 ciudadanos venezolanos y cerca de 500.000 colombianos retornados.
Las cifras de los estudiantes venezolanos en el sistema educativo colombiano muestran cómo ha sido incluyente el proceso de vinculación a las aulas de clases garantizando así el derecho a la educación de estos menores.
Actualmente, según Constanza Liliana Alarcón, Viceministra de Educación Preescolar, Básica y Media, en el país están matriculados 363.126 alumnos venezolanos a corte de octubre. Y explicó que: “gracias a los procesos técnicos, normativos y políticos implementados, se ha podido incluir en el sistema educativo a más de 363.000 estudiantes migrantes de origen venezolano en todos lo niveles educativos; esto es en perspectiva la población total de una ciudad de Colombia como Neiva”. Así mismo indicó: “que entre 2018 y 2020 se produjo un incremento del 967% en la matrícula de la población migrante, la cual pasó de tener influencia exclusiva en las zonas de frontera a ser un fenómeno de escala nacional”.
Según los datos e información presentados por el Ministerio de Educación Nacional, los estudiantes migrantes se encuentran matriculados en los 32 departamentos del país y en 1.056 de los 1.104 municipios que hay en Colombia, con una incidencia mayor en la zonas urbanas con el 82% de los alumnos y el 18% ubicado en las áreas rurales.
Estrategias incluyentes
Los esfuerzos del Gobierno Nacional, a través de la cartera educativa, han estado en brindar herramientas que permitan garantizar la igualdad de condiciones de estos niños con el pleno acceso a la educación, el bienestar, la permanencia y la protección de la trayectoria educativa.
“La premisa es que sí logramos integrarlos a nuestra sociedad serán un motor para desarrollar las diferentes regiones del país”.
Recalcó: “Aquí hablamos de una educación inclusiva, pues no solo se trata de que entren al sistema sino de brindarles condiciones de calidad y eso nos ha impulsado a desarrollar programas como la nivelación escolar y el fortalecimiento del sistema de convivencia escolar, los cuales permiten mayor adaptación al nuevo entorno educativo y se convierten en actividades de apoyo y acompañamiento esenciales para garantizar la permanencia de los niños en la institución educativa”.
Con la expedición del Decreto 1288 de 2018 se estableció que los niños y jóvenes venezolanos pueden continuar sus estudios, validando los grados cursados en Venezuela, mediante la presentación de evaluaciones o actividades académicas en los colegios donde han sido ubicados, las cuales no tienen costo.
“Este proceso es permitido para validación de grados de nivel preescolar, básica y media hasta grado 10. En el caso de grado 11, el proceso debe realizarse ante el Instituto Colombiano para la Evaluación de la Educación (Icfes) a través del examen dispuesto para tal fin”, manifestó.
La viceministra enfatizó que una vez matriculados, estos niños gozan del acceso a las estrategias de permanencia en iguales condiciones que un niño colombiano. Resaltó que entre las principales estrategias están el transporte escolar, los materiales educativos, la nivelación académica y el Programa de Alimentación Escolar (PAE); estrategias que se facilitan en la medida que la Institución Educativa y el grado en el que se encuentren matriculados, estén focalizados con las mencionadas estrategias.
Sobre el Programa de Alimentación Escolar, precisó que el 74,5% de los estudiantes atendidos en instituciones educativas del sector oficial, (259.174) son beneficiados del programa.
Otra de las estrategias de permanencia que se ha desarrollado desde Colombia para atender a esta población está en la creación del Corredor Humanitario Escolar con el cual se benefician al año cerca de 4.000 alumnos que viven en los municipios fronterizos del lado venezolano de la frontera y toman sus clases en los municipios de Cúcuta y Villa del Rosario.
Para su operación se han destinado recursos del Sistema General de Participaciones (SGP)–MEN durante las vigencias 2015-2019 por la suma de $13.137 millones; y para 2020 se realizó una asignación cercana a los $5.000 millones de pesos.
PEP-Educativo
Una de las estrategias en las cuales está trabajando el Ministerio de Educación con Migración Colombia, el Ministerio de Relaciones Exteriores y la Presidencia de la República es en lograr la regularización de los estudiantes venezolanos que se encuentran matriculados en el sistema y no poseen un documento que les otorgue un estatus regular en el país.
“Se está muy cerca de anunciar al país la creación del PEP-Educativo el cual se propone como un instrumento de regularización para aquellos estudiantes matriculados en preescolar, básica y media con la finalidad de facilitar el acceso, la trayectoria y la promoción en el sistema educativo colombiano”, precisó.
Con este documento se beneficiará cerca del 85% de los estudiantes venezolanos que son los que no tienen un documento de identificación válido en Colombia. Enfatizó Alarcón que esto también les permitirá acceder a otros servicios básicos y de protección social.
Prácticas contra la xenofobia
La Viceministra sobre los temas de prevención de xenofobia explicó que han identificado las mejores estrategias para lograr que exista un reconocimiento a la dignidad e igualdad de estos niños dentro del aula de clases.
Enfatizó que los procesos son tendientes al desarrollo socioemocional de los niños y los educadores para prevenir y combatir expresiones, actos y manifestaciones de discriminación y estigmatización contra la población estudiantil migrante.
Así como también han diseñado una serie de protocolos para identificar situaciones de riesgos que puedan enfrentar los escolares no solo dentro del colegio sino en los entornos escolares.
La representante del despacho educativo puntualizó acciones que se adelantan en los departamentos de Norte de Santander, Arauca y Nariño, donde se diseñaron secuencias didácticas con material lúdico para usarse en el aula.
“Adicionalmente, se ha realizado el acompañamiento a los comités de convivencia de Villa del Rosario, Cúcuta, Ocaña y Norte de Santander para revisar sus planes de convivencia escolar y orientar acciones de prevención de violencia en contra los estudiantes venezolanos o colombianos retornados”, enfatizó.
El apoyo de la cooperación |
La cooperación internacional que trabaja con poblaciones vulnerables, se ha sumado a los esfuerzos para trabajar de la mano con la institucionalidad en el tema educativo. Sobre este aspecto, Constanza Liliana Alarcón, Viceministra de Educación Preescolar, Básica y Media, precisó que el Ministerio de Educación ha hecho gestiones con las agencias internaciones y demás organizaciones, para fortalecer varios aspectos relevantes en aras de garantizar el acceso, bienestar y permanencia de los niños en el colegio. “El esfuerzo del gobierno y la sociedad colombiana ha sido complementado con el apoyo de la comunidad internacional, quienes han brindado recursos, asistencia técnica y movilización de diversas organizaciones internacionales para atender el fenómeno migratorio”, indicó. Destaca que muchas organizaciones han respondido generosamente al llamado del Gobierno Nacional en cuanto a gestionar financiación para responder efectivamente a este nuevo reto en materia de migración. Sin embargo, pese al impacto positivo de estas donaciones, precisa que aún no son suficientes para cubrir las necesidades básicas de los migrantes”. Entre las organizaciones que han participado están: Usaid, Unicef, Consejo Noruego, OIM, Education Cannot Wait, GIZ, Programa Mundial de Alimentos, Save The Children, Worl Vision, Fundación Plan, entre otros. |