Arianny Andreina Carmona García es una barinense de 34 años que dejó atrás sus costumbres para enfrentarse a una nueva aventura en Cúcuta. Llegó en el 2017 en compañía de su hijo menor Julio para reencontrarse con su esposo Ricardo y sus otros dos hijos Esteban y Mathias.
"Gracias a Dios y a mi cuñado hoy estamos todos juntos, mi esposo cuenta con cédula colombiana y ya estoy tramitando la de mis hijos. Han sido dos años llenos de muchos aprendizajes, hemos contado con gente muy buena incluyendo a mi familia política.
Hoy es una auténtica emprendedora. Sus manos son el instrumento con el que teje carteras, ropa íntima y zapatos, gracias a que desde pequeña su madre le enseñó este oficio. Cada pieza es un trabajo único y laborioso que puede tardar todo un día.
Uno de sus hijos la animó a dar el paso para hacer cursos e inscribirse en programas de emprendimientos, en particular con la Corporación Minuto de Dios; cuyo programa está siendo ejecutado gracias al apoyo y el acompañamiento de Usaid y ACDI/VOCA.
“Inicialmente yo inscribí a mi hijo Esteban para que pasara su tiempo libre, y el fue quién me animó para inscribirme en cursos de costura y tejidos, cuando finalicé, escuché que iban a seleccionar personas para participar en la Feria Cúcuta Fortalecida, Integrada y Solidaria, y fui seleccionada.
“Mi mayor sueño es tener mi propia marca”
Esta emprendedora trabaja desde su casa a fin de ayudar a su madre y hermanos que quedaron en Venezuela. Sus hijos, su esposo y su negocio son los protagonistas de sus planes de futuro: “Mi mayor sueño es tener mi propia marca, que pueda enviar mis productos a Venezuela para que mi familia se pueda ayudar y brindarles a mis hijos una mejor educación para que vayan a la universidad, por eso yo estoy aquí trabajando”.
Cuenta que desde muy joven se ha dedicado sólo a tejer, y para poder venirse a Cúcuta perdió la cuenta de todo el calzado que tejió para completar los pasajes “yo creo que la cuenta pasó los mil zapatos, siempre me he dedicado a mi arte y gracias a él es que he ayudado a mi familia, hoy estando en Cúcuta puedo ayudar a mi esposo con los gastos de la casa y a mis hijos en sus escuelas”.
Es por eso que invita a todos sus paisanos a que luchen, que no pierdan las oportunidades que se les presenten, “que le pongan ganas porque de todo se puede vivir y sobre todo ayudar. Del arte también se puede vivir”.
Su agradecimiento se extiende a todos los colombianos, en especial a su cuñado Rafael, que como forma de ayudarla, está construyendo un nuevo hogar en la parte de iba de su casa, para que Arianny pueda vivir con su familia.