Eduardo Espinel, un emprendedor venezolano que encontró en la ciudad de Cúcuta la oportunidad de forjar un mejor futuro para su familia. Junto con tres amigos, en 2015, dieron inicio a una historia de éxito en el mundo de la gastronomía, dejando una marca perdurable en la ciudad.
El viaje de Eduardo a Cúcuta comenzó con la búsqueda de un futuro prometedor para su familia. En un principio, Miami era la elección planeada, pero la presencia de su hijo cucuteño lo llevó a explorar más a fondo las oportunidades en la región de la frontera más activa de América del Sur.
En 2016, Eduardo y su equipo seleccionaron el malecón de Cúcuta como la ubicación perfecta para su restaurante de cachapas. Sin embargo, la pandemia de Covid-19 presentó desafíos significativos para el grupo de Don Cachapa.
A pesar de los desafíos, que incluyeron la partida de uno de los amigos hacia Europa, Eduardo asumió la responsabilidad de liderar el restaurante y tomar decisiones cruciales sobre el rumbo del negocio. Con el tiempo, Don Cachapa amplió su menú para incluir otros productos relacionados con la gastronomía venezolana.
En lugar de retroceder ante las dificultades, Eduardo decidió innovar y presentó la marca Don Cachapa en el mercado de consumo masivo, un paso audaz que cambió la trayectoria de su negocio y marcó el comienzo de una expansión significativa.
Además, no es solo un restaurante, sino también un centro de eventos que ofrece una amplia gama de servicios que van más allá de la comida. La visión de Eduardo Espinel y su equipo trasciende la oferta de deliciosa gastronomía venezolana, convirtiendo su espacio en un lugar versátil para celebrar diferentes tipos de eventos, desde fiestas privadas hasta ocasiones especiales como bodas y aniversarios.
Hoy en día, Don Cachapa es una marca consolidada en Cúcuta, reconocida por su identidad sólida y la calidad de sus productos. Sin embargo, lo que hace que Don Cachapa sea aún más especial es su compromiso con la inclusión y la creación de oportunidades para los jóvenes de la comunidad.
El gerente de Don Cachapa sede Caobos, Joger Medina, destaca la importancia de esta iniciativa. “Nos enorgullece aceptar a jóvenes con edades comprendidas entre los 19 y 30 años, muchos de ellos sin experiencia previa. Consideramos a nuestro personal como una extensión de nuestra familia y nos dedicamos a capacitarlos para convertirlos en trabajadores excelentes, brindándoles oportunidades que transforman sus vidas”.
Don Cachapa estableció un ambiente acogedor donde se enorgullecen de brindar oportunidades a personas de diversos orígenes, incluyendo miembros de la comunidad Lgbtiq, reconociendo la diversidad en su equipo como un activo valioso.
Esta empresa es un ejemplo destacado de éxito y al mismo tiempo un faro de inclusión y oportunidad en la región. Es importante destacar las oportunidades económicas y gastronómicas que ofrecen los emprendedores venezolanos a Cúcuta, pues desde que comenzó el fenómeno de movilidad humana desde Venezuela, estos sectores se han visto favorecidos por la mano de obra venezolana y por los empresarios del vecino país.
