En septiembre de 2018, la vida de Marleny Karina Durán Moreno y toda su familia cambió por completo, debido a que las precarias condiciones económicas en Venezuela, y el problema de la asistencia en salud del vecino país.
Estas razones obligaron a Karina Durán y sus seres queridos a probar suerte en Bogotá y comenzar una nueva etapa llena de lágrimas, pero sobre todo, de superación personal.
Una vez la familia de Karina Durán pisó el suelo de la capital, lo primero que hicieron -señala Durán- , fue buscar un colegio para sus dos hijos a la par de tocar las puertas de diversos spa para conseguir un empleo.
“Siempre fue difícil poder despegarse de su hogar, dejar todas las cosas que uno tiene en su casa, desprenderse del resto de sus seres queridos, y empezar de abajo en un país en donde nadie te conoce”, sostiene Durán, quien nació en el estado Zulia y donde vivió con la mayor parte de su vida allí antes de migrar a Colombia.
Aunque Durán Moreno había terminado la carrera de ingeniería de gases, no pudo ejercer su profesión debido a que no pudo apostillar el título universitario. “Nos decían que los profesionales teníamos que venir a lavar inodoros cuando saliéramos del país”, asegura.
Para fortuna de la protagonista de esta historia, Karina, años atrás había incursionado en el mundo de la manicura y los productos artesanales para el embellecimiento de la piel. Este oficio fue el que finalmente le llevó dinero a su casa y pudo alimentar a sus hijos.
Pese a que ella se desenvolvía muy bien su trabajo y tenía todos sus documentos al día como su esposo, el nacimiento de una nueva hija y la proximidad a la única familia que tenía en territorio colombiano, hicieron que desde el año pasado, Karina llegara a Cúcuta para tener una mejor calidad de vida.
Cuando pudo tener tiempo de instalarse, Karina buscó asesoría sobre cómo montar su emprendimiento en la ciudad, así como también el apoyo en torno a los trámites de afiliación a una Entidad Promotora de Salud (EPS), matrículas en instituciones educativas para sus hijos y orientación jurídica para la garantía de sus derechos como migrante.
Fue así como a través de las recomendaciones de su familia, Karina encontró en el Centro Intégrate el acompañamiento necesario para cada uno de los servicios que necesitaba.
Durán hace hincapié en que, “desde el momento en que ingresé las personas me ayudaron con todo, incluso me inscribieron al Sisbén y pudieron sacar el documento de identidad de mi hija”, puesto que habían solicitado ese trámite desde hace mucho tiempo.
Del mismo modo, Karina inscribió su negocio en la Cámara de Comercio de Cúcuta, y el 7 de noviembre de 2023 inauguró su local, el cual está ubicado en el Centro Comercial Las Mercedes.
Al principio, Karina Durán tenía el temor de que el sueño de tener su emprendimiento se viera truncado, pero afortunadamente en menos de dos meses pudo comenzar gestar su pequeño negocio.
Allí, además de tener su clientela y vender productos artesanales para spa, también brinda capacitaciones porque “soy máster educador certificada, y yo estoy en la capacidad para certificar a mis clientas también”.
Hoy en día, Durán Moreno vive con sus tres hijos en el barrio La Merced, y está muy feliz por hacer lo que le apasiona, además de ayudar a cierta parte de la clientela y mantener su hogar, y tiene el objetivo de expandir el negocio en corto tiempo.
Esta es la historia de Karina Durán, otro caso que demuestra que a pesar de las adversidades que a veces se presentan en la vida, las personas migrantes, recibiendo el apoyo adecuado, pueden aportar sus conocimientos y capacidad al servicio de la sociedad.
