“Nosotros llegamos a Cúcuta en el 2016, recién abierta la frontera de manera peatonal. Llegamos mi esposo, mi hija y yo entre octubre y noviembre y empezamos a emprender con nuestra empresa Rocarke Servicios, un negocio de envío de encomiendas”. Así detalla la venezolana Tabata Carolina Fernández su historia como migrante junto a su familia y la manera en la que esa adversidad se convirtió en la oportunidad de ayudar a muchas otras personas.

Dada la escasez de muchos productos de primera necesidad que había en Venezuela como lo fueron pañales y leche para niños, Tabata y su esposo encontraron la forma de ayudar a decenas de personas que en Venezuela requerían productos para sus pequeños hijos.

“Hubo una época en Venezuela en donde estaban muy escasos los pañales y teníamos a mi cuñada que es parte de una fundación donde tienen niños con Síndrome de Down y ella conocía muchas personas con necesidades, entonces empezamos a comprar los pañales y enviarlos a Venezuela y así es como surgió nuestro emprendimiento, con el paso del tiempo fuimos incorporando otros productos y servicios, siempre con la intención de brindar una ayuda a las personas que lo necesitaban”, añadió.

Oportunidad de empleo

“El negocio lo empezamos mi esposo y yo durante la pandemia, empezamos a contar con más personas que nos ayudaron con todos los temas de logística acá en Colombia y también en Venezuela”, dice Tabata, añadiendo que en este momento en Colombia cuentan con dos ciudadanos venezolanos y dos colombianos que trabajan en su empresa y otra persona más que está allá en Venezuela brindando apoyo en logística.  

El colombiano José Rogelio Pérez está al frente de Rocarke Servicios, mientras que su esposa Tabata se encarga de toda la parte administrativa. “Nosotros también ayudamos a muchas personas durante su travesía de pasar a Colombia y a quienes venían de paso para irse a otros países. Los ayudarnos de cierta manera a recibirlos y brindándoles acompañamiento en los respectivos procesos de migración”, señala José Rogelio. La pareja destaca que les explicaban cómo era la forma más honesta de entrar y salir de Colombia y que fue algo que hicieron desinteresadamente. “No cobramos por esto, nuestra intención era ayudar y brindar un apoyo humanitario”, añaden.

Un mensaje de esperanza

“No es fácil emprender en un país que no es el tuyo, no es fácil empezar de cero, pero no es imposible, se puede lograr y nosotros somos un ejemplo de eso, empezamos los tres incluida mi hija de tres años, fue bastante complejo pero aquí estamos”, indica el colombiano. Su mensaje para los ciudadanos venezolanos que aún buscan formas de emprender en Colombia es ser constantes y hacer las cosas bien, pues sí es posible alcanzar ese sueño y ellos pueden dar fe de eso, teniendo en cuenta que ya han pasado ocho años desde que decidieron tomar este camino.

Proyección

Gracias al éxito obtenido durante los últimos años con su empresa, esperan abrir nuevas sedes en Medellín, Cali y Bogotá el próximo año. “Hemos estado haciendo unas alianzas para prestar nuestros servicios y hacer envíos entre Colombia y Estados Unidos y Venezuela”.

Además del emprendimiento familiar, Tábata Carolina tiene un emprendimiento personal dedicado a toda la asesoría en Marketing Gigital para emprendedores, que incluye mentorías, capacitaciones y manejo de redes sociales. Un trabajo que también inició con la pandemia y que con el paso de los años se ha venido fortaleciendo.