Daniel Rudess, el empresario Venezolano que montó su propia empresa desde cero en Colombia

Mambo Step ha sido todo un éxito en Cúcuta con sus clases de baile que rompen fronteras y estereotipos.
Daniel
Escrito Por:
Lineth Sanguino

Desde joven, Daniel Rudess, un hombre de 30 años, sabía que su vida iba a estar marcada por el arte y el esfuerzo, dedicándose desde muy temprana edad al diseño gráfico y el caricaturismo, gracias al talento innato que tiene para retratar de forma cómica a las personas. 


Aunque amaba su vida en Venezuela, en el 2018, a raíz de la crisis económica y social del vecino país, decidió migrar y buscar nuevas oportunidades en un lugar diferente que le abriera las puertas para cumplir uno de sus sueños: dar clases de baile y poder vivir de algo que le apasionaba y le movía el alma.


Daniel llegó a Colombia por un paso fronterizo que da directamente a Cúcuta, única y exclusivamente con la ropa que llevaba puesta al momento de migrar, pero el corazón lleno de ganas de salir adelante junto con la certeza que no podía mirar hacia atrás ni rendirse, tanto así que a pesar de la rudeza de las situaciones que atravesó, logró juntar los recursos suficientes para iniciar su propio emprendimiento dictando clases personalizadas de bachata y salsa.


La vocación por bailar entró en su vida ya siendo un adulto, cuando a los 21 años decidió que era un campo en el que quería adentrarse y explorar, para finalmente enamorarse y volverlo su pasión, ya que antes de eso, su aspiración era estudiar la carrera de animación en 2D, la cual no pudo cursar por falta de oportunidades en su ciudad natal, Barquisimeto. 

Cúcuta no era su plan 


Al principio su plan no era quedarse en la capital nortesantandereana, sino juntar los dólares que necesitaba para viajar a Argentina y luego irse a Chile, pero la vida le fue enseñando lo valioso y bonito que tenía la Perla del Norte para ofrecerle, hasta que decidió sentar sus raíces, para gozar de todas las oportunidades que ofrece junto a las personas con las que ha podido compartir su vida desde que piso estas tierras. 


En Cúcuta vio nacer a sus hijos, los cuales se convirtieron en el motor de vida para seguir luchando y dándole la batalla a las adversidades, pero también plantó los cimientos de lo que hoy sería Mambo Step, una de las academias de baile más grandes y conocidas en la ciudad. 


“Cuando llegué a Cúcuta me di cuenta de que era una ciudad donde faltaban muchas cosas en la cultura del baile, cosas que yo sí podía ofrecer y que podía juntar lo mejor que había de otros géneros, no solamente de la salsa y la bachata, sino también de lo urbano”, señaló Rudess sobre las razones que lo impulsaron para escoger la ciudad fronteriza como cuna para la primera sede de Mambo.

Mambo

El comienzo 


Iniciar fue difícil y fueron innumerables los sacrificios para llegar hasta donde está hoy. Ser migrante en una ciudad como Cúcuta le resultó el reinicio de su quehacer y de su pasión. 


“Debía comenzar a trabajar en lo que saliera, lo que fuera para poder sobrevivir mientras encontraba una base económica”, momento en el que fueron de utilidad sus talentos como diseñador y por eso da gracias a Dios que lo dotó de esa habilidad que le permitió estabilizarse. 


Si bien al principio, tal como él lo menciona, muchos lo trataron de loco por creer que su idea podía llegar a funcionar, la verdad es que actualmente Mambo Step genera a su alrededor empleos entre profesores y trabajadores que dependen de esta empresa para sostener a sus familias como fuentes de ingreso principal, haciendo que su idea de negocio se expanda mucho más, llegando incluso a tener otra sede temporal en la ciudad. 

Impactar en las personas


El ser ejemplo de superación y llevar el mensaje de unidad, integración e impactar en las vidas de quienes lo conocen para él es fundamental en su proceso de migración. 


“Poder impactar a las personas indirectamente ha sido lo más bonito, quizás uno llega a un punto en donde pasa de ser emprendedor a empresario, pero nunca dejó a un lado el porqué estamos haciendo esto, y por qué queremos impactar a las personas que toman el baile como una terapia, un hobby o una carrera”, afirmó. 


Uno de los principales obstáculos desde su apertura ha sido para Daniel sostener el público que hace parte y participa activamente de las actividades que ofertan dentro de Mambo, para así poder romper los estereotipos y estigmas de que  “los hombres no bailan”, siendo este uno de los principales impedimentos para que las personas del género masculino comiencen sus clases. 


El éxito de este sueño no ha sido en ningún momento una carrera lineal, pues ha tenido sus recaídas, especialmente cuando la pandemia envío a todos a sus casas y las puertas de su compañía debieron cerrarse con la incertidumbre de cuándo volverían a abrir y continuar el camino de superación que venía recorriendo hasta el momento. 


La constancia de Daniel, su disciplina, gallardía y creatividad para promocionar sus clases a través de las redes sociales ha generado una mayor participación en la academia. 


En este momento, Mambo Step cuenta con 230 personas inscritas en las diversas clases y géneros en los que se instruyen a las personas, incluidas aquellas que como él comenzaron sin ningún tipo de experiencia y esperan adquirir la destreza que conlleva mover el cuerpo al ritmo de la música. 


Actualmente, sus proyecciones son llevar a Mambo Step a convertirse en una academia con cobertura nacional, abriendo sedes en las principales ciudades de Colombia como Medellín, Bogotá y Cali, para así no solo ampliar la oferta, sino también generar más empleos y ayudar al desarrollo económico y cultural de estas regiones colombianas.