Con ritmos armoniosos suaves y delicados, el Semillero Musical In Crescendo abrió la Velada Cultural: El arte nos une en un mismo tricolor. Las nueve niñas del coro de campanas tubulares deleitaron a los presentes con tres piezas musicales: Chan- chan (Son Cubano), Raspadura de panela (versión cumbia-porro) y el Chiriguare (merengue venezolano).

La agrupación también interpretó un par de piezas en solos al piano por dos de sus alumnas, con las cuales levantaron las fibras de los asistentes, dando muestras de cómo las expresiones artísticas logran integrar a venezolanos y colombianos por igual. 

Esta velada cultural fue un espacio impulsado por el proyecto Integra de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, Usaid, en asocio con el Diario La Opinión, en el marco del convenio Estoy en la frontera de Cúcuta: una apuesta por la integración. 

Tras la presentación de In Crescendo, entró en escena el Coro de la Institución Educativa Sagrado Corazón de Jesús con las 35 voces de los estudiantes que deleitaron al público con Bésame mucho, Perfidia, Haida y Anhelos de mi región.
El colegio también llevó la representación de la Orquesta Sinfónica y los alumnos de bachillerato tocaron también Bésame Mucho; New York, New York, y Cómo Llora una Estrella. 

Mientras que la muestra de baile fue puesta en escena por la academia Mampo Step, quienes interpretaron una pieza del género urbano. 

Este espacio que forma parte de esta alianza se hace con el propósito de profundizar en la integración de población migrante, retornada y de los cucuteños y cucuteñas desde diferentes enfoques: cultural, económico, social, educativo y otros.

Conversatorio 

En un intermedio de la velada cultural se desarrolló un conversatorio dirigido por el subsecretario de Cultura del municipio, José Vladimir Arión, en el cual los tres representantes de las agrupaciones expusieron cómo ha sido el proceso de integración desde las artes en Cúcuta y el efecto positivo que se genera en la dinámica cultural de la ciudad. 

El profesor del coro de campanas tubulares, Carlos Meneses, explicó que el proceso de enseñanza que se ha desarrollado en el semillero musical In Crescendo les ha permitido como maestros aprender, amar y abrazar la cultura colombiana. “Cada pieza musical que tocamos la investigamos y para a partir de eso enseñarles a los niños colombianos lo que nosotros decimos: ‘Primero lo nuestro’ y los resultados han sido maravillosos, porque los niños colombianos tocan la música con pasión y esto nos ha permitido amar a la música colombiana como si fuese nuestra”. 

Mientras, el profesor del coro y la orquesta del Sagrado Corazón de Jesús, Juan Toscano, precisó que en sus procesos de aprendizajes entre los estudiantes colombianos y venezolanos lo que hacen es compartir saberes, porque los repertorios musicales permiten conocer diferentes culturas. 

Daniel Ruddes, director de la academia de baile Mambo Step, manifestó que traer a suelo colombiano los estilos de baile diferentes fue una manera distinta de aprender a bailar y de enseñar bajo otras metodologías. “Lo bonito de todo es que unimos a nuestro equipo de trabajo ritmos distintos con personas que manejan otros géneros y crear así una mezcla perfecta. Es importante compartir lo que haces y no quedarte con eso”, dijo.