Educación para niños migrantes: los retos durante la pandemia

Algunos padres y representantes señalan además que deben costear el plan de datos o conectarse a una red Wifi.
Niños migrantes venezolanos

Estudiar en tiempos de cuarentena no ha sido fácil para los niños migrantes en Colombia. Solo aquellos que cuentan con un equipo móvil o computador portátil pueden ponerse al día con el cronograma académico, enviando las tareas asignadas por los docentes a través de las aplicaciones digitales, ya sea Whatsapp o videoconferencia.    

Algunos padres y representantes señalan además que deben costear el plan de datos o conectarse a una red Wifi para que los estudiantes durante el confinamiento obligatorio cumplan con las actividades a distancia, las cuales se extendieron hasta el próximo 31 de julio por decisión del Gobierno Nacional.

Poseer un equipo digital y acceder a la conectividad es uno de los retos para los padres migrantes en Norte de Santander. Si bien hay aplicaciones que facilitan la navegación virtual, la gran mayoría no cuenta con los dispositivos y servicios electrónicos. Y es que según la Evaluación Rápida de Necesidades ante COVID-19 del Grupo Interagencial sobre Flujos Migratorios Mixtos (GIFMM), una amplia mayoría de ellos (97%) no dispone de un computador en su vivienda.

Llama la atención los pocos hogares que cuentan con un computador (solo el 2%), siendo una herramienta clave para que los niños y niñas tengan facilidades para su desarrollo educativo. Esto implica grandes desafíos para poder llevar el aprendizaje a los menores de edad, señala el informe del GIFMM.

Experiencia escolar a distancia

Josefina Bucobo es una migrante venezolana que llegó hace dos meses con su hijo de 11 años al departamento. Luego de estar en otras dos ciudades relató que conseguir un cupo para su hijo fue difícil porque no lo querían aceptar. “Nos costó un año para que lo recibieran en un colegio oficial. Después ocurre lo de la pandemia y nos tocó acoplarnos a las medidas de las clases virtuales, sin tener teléfono ni internet”, relató la mujer, de 36 años.   

Agregó que afortunadamente la profesora de la escuela optó por manejar la aplicación de WhatsApp porque era la que tenían la mayoría de los estudiantes de quinto grado, creando un grupo virtual, en el que enviaban las actividades de las asignaturas de castellano, matemáticas, ciencias naturales y sociales. 

“Al principio de las clases acudimos a una vecina que estudia con mi hijo para que nos facilitara los talleres porque no disponíamos de un teléfono. Cuando logramos tener uno, mi esposo lo llevaba al trabajo para usar la conectividad y así poder descargar las tareas, guardarlas en una memoria y traerlas a la casa a mediodía para que nuestro hijo las hiciera durante la tarde”, narró la migrante.  

Ahora para la familia el aprieto está en el pago de los planes porque no cuentan con Wifi y recargan el saldo telefónico cada seis días, unos 24 mil pesos adicionales a sus gastos del mes.

 

niños migrantes

La profesora cucuteña Marisol Guerrero relató que las dificultades más recurrentes han sido el acceso al internet y la falta de los equipos necesarios para proseguir con las clases. “Con el confinamiento, hice una encuesta a los padres de familia y de los 27 alumnos del cuarto grado, solo 6 tenían computador en casa. Sé por otros profesores que los niños abandonaron la ciudad y regresaron a Venezuela con sus papás porque no tuvieron los medios para mantener sus servicios básicos como la alimentación y el arriendo”, narró Guerrero.

Ante estos problemas, Carlos Charria, secretario de Educación, informó que se está haciendo la entrega de guías impresas para que los estudiantes puedan desarrollarlas y seguir con el proceso de aprendizaje. Los materiales contienen la explicación y hasta una posible evaluación.

Todo esto se ha coordinado a través del trabajo entre las instituciones, docentes, padres de familia, el GIFMM, la Secretaría de Frontera y el Ministerio de Educación Nacional.

Aunque no se tiene conocimiento de cuándo llegarán a Norte de Santander, el Ministerio de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, junto con el Ministerio de Educación comenzaron la distribución de más de 83.000 equipos hacia 750 sedes educativas de los estratos 1 y 2 en 290 municipios del territorio nacional. Los dispositivos poseen contenidos educativos precargados, por lo que no requieren conexión a internet para apoyar al docente en la planeación de sus clases y a los alumnos con material pedagógico y didáctico.