Yerson Moisés Zorrillo es un joven venezolano que al igual que muchos tuvo que migrar hacia Colombia, debido a la crisis económica. Él, junto con su esposa, la cual se encontraba en estado de embarazo, dejaron Maracaibo, su ciudad natal, en busca de nuevas oportunidades para conseguir una mejor calidad de vida.
Antes de cruzar la frontera, Yerson ya había trabajado el arte de la repostería, puesto que se dedicaba a la cocina en grandes hoteles cinco estrellas en Venezuela, donde comenzó como un ayudante de cocina.
En 2018, cuando llegó a Colombia, este joven halló la primera barrera; no encontrar trabajo, debido a que no contaba con cédula de ciudadanía, pero esta no fue rival para sus ganas de salir adelante y con solo cinco mil pesos, se abasteció de los productos necesarios para realizar unas donas que se dispuso a vender.
“El cuñado mío me regaló cinco mil pesos, con esos me fui al supermercado las 11 de Motilones, compré una libra de harina de trigo, levadura, un cuartico de aceite, me prestaron una ollita, yo sé que la cuenta me hizo cuatro mil seiscientos, y yo todavía dije wao, me quedaron vueltos”, contó Yerson sobre los inicios de su panadería que hoy ha logrado crecer y brindarle un sustento para él y su familia.
La gallardía de este emprendedor, lo llevó a que con solo una semana de haber comenzado este negocio, ampliara el catálogo de sus productos, vendiendo además también pasteles, tortas y demás. Incluso se arriesgó a ofrecerlos al por mayor a otros migrantes que también deseaban emprender.
Con sus ahorros invirtió en nueva maquinaria necesaria para hornear y confiesa que su sueño es lograr tener una panadería grande, donde pueda realizar pastelería al mayor y tenga el ambiente de un café, donde las personas puedan compartir, pero su sueño no solo es por el beneficio suyo y de su familia, sino también con los cientos de compatriotas que desea ayudar generando más empleo a la población migrante.
En el 2020, realizó la solicitud de refugiado para él y su familia, teniendo en cuenta que la crisis económica de Venezuela le costó la tranquilidad al no poder garantizar la asistencia médica para su esposa, que se encontraba a poco tiempo de dar a luz, forzándolos a cruzar la frontera.
“Yo pensaba en la bebé cuando naciera, los hospitales estaban prácticamente contaminados, no había medicina, la situación económica estaba muy crítica, por eso pedí la condición de refugiado”, contó.
Aquellas personas que solicitan la condición de refugiados, lo hacen porque tuvieron que huir de su país de origen debido a que sufrieron violaciones graves de derechos humanos y/o persecución debido a su religión, creencias políticas o discriminaciones varias.
