Alcanzar el reconocimiento de refugiado no es algo que se logre de la noche a la mañana en Colombia.
Muchos de los migrantes venezolanos que abandonaron su país se cobijan con esta condición porque perciben que sus derechos fundamentales fueron vulnerados y buscan de alguna manera resarcir el daño que le ocasionaron, ya sea por su ideología política, creencia religiosa o seguridad personal.
Tener garantías de una vida digna y respeto es lo que anhela José Marín, un migrante venezolano y exempleado del Ministerio de Educación que cambió su vida por completo cuando decidió comenzar de cero en Boconó, Norte de Santander. Pero la pandemia y el no tener un Permiso Especial de Permanencia (PEP) lo forzaron a regresar de nuevo a su país. Por eso ve la solicitud del refugio como una nueva oportunidad para superarse.
Comentó que en Venezuela no existen condiciones aptas para progresar y mucho menos cuando son amedrentados por las fuerzas de seguridad del gobierno.
“Tenemos un sueldo de miserables para comer solo dos días, no hay garantías de condiciones de salud. Mi esposa es asmática y me preocupa que si le da un ataque no consiga dónde me la atiendan, ni hay medicamentos, no hay alimentos”, comentó. Sin embargo, confía en que al volver logrará esta condición y espera que alguna organización lo oriente para escapar de esa terrible situación y poder ofrecerles educación universitaria a sus dos hijos en Colombia.
Pero así como Marín, ya hay más de 15 mil personas solicitando el reconocimiento de refugiado, según informó Jozef Merkx, representante de Acnur en Colombia, durante una audiencia pública virtual del Proyecto de Ley Migratoria.
Señaló que desde hace varios años, el país ha debido adaptarse para convertirse en un lugar de recepción de migrantes y los avances que el Estado en conjunto ha hecho para atender esa situación ha sido notorio. “Acnur reconoce que los sistemas de asilo de la región no estaban preparados para atender la situación con Venezuela y por lo mismo seguimos manifestando toda nuestra disposición para fortalecer el sistema de asilo en Colombia”, dijo Merkx en su intervención.
Rafael Zavala, jefe de la Sub Oficina de Acnur en Cúcuta, considera que no puede afirmarse que existen trabas en el reconocimiento de refugiado.
“El reto principal en este momento está en el acceso y principalmente la activación del sistema de asilo. Es importante fortalecer la información sobre el derecho a la protección como refugiado y además ampliar los servicios de orientación y asesoramiento de calidad”, sostuvo Zavala.
Añadió que el primer paso para ser reconocido como refugiado en cualquier país es conocer sobre el derecho humano a recibir este tipo de protección.
“En Colombia hemos observado que muchas de las personas que vienen de Venezuela desconocen sobre este derecho. En ese sentido, es clave que las personas extranjeras que ingresan a Colombia conozcan que si tienen temor y no quieren regresar a su país porque su vida, su libertad o su seguridad están en peligro pueden solicitar la condición de refugiado y las autoridades harán un análisis si efectivamente la persona merece o no esa protección”, acotó.
Explicó que las personas con necesidad de protección internacional tienen que solicitar primero la protección como refugiados. A través de esa solicitud las autoridades les garantizan el principio de no devolución, es decir, se les permite permanecer en el país mientras su solicitud es analizada.
Durante el tiempo que deben esperar el análisis del caso las personas que han presentado su solicitud pueden acceder al sistema de salud a través del Sisbén y actualmente en Cúcuta existen organizaciones que pueden, después de un análisis individual de sus casos, acompañar el proceso de integración a través de orientación y en ocasiones apoyo humanitario encaminado a la estabilización.
Adicionalmente es clave que la política pública del Estado se vaya ajustando para incluir a la población solicitante de asilo y refugiada en sus programas de atención vulnerable.
Protección
Por su parte, Carolina Moreno, directora del Centro de Estudios en Migración de la Universidad de los Andes, señaló -en dicha audiencia virtual- que se está en mora en la implementación de un método de reconocimiento de la condición de refugiado que garantice los más altos estándares para la protección de los derechos de los refugiados.
Moreno destacó que se necesita un sistema de refugio acorde con la situación actual que vive Colombia, porque en la actualidad deja a los solicitantes en una condición indeterminada en el tiempo sin resolver con prontitud sus peticiones, con todo lo que ello significa para la vida de estas personas y su núcleo familiar.
Lublanc Prieto, coordinadora de relaciones institucionales y asesorías jurídicas migratorias Fundacolven, dijo en la audiencia pública virtual que no hay una ley que establezca claramente una atención directa y de emergencia a la población proveniente de Venezuela, sin hacer tampoco una diferenciación entre refugiados y migrantes, en donde todos son parte de un flujo migratorio mixto y deben ser reconocidos todos como tal.
Una de las limitaciones que observa es que dentro del sistema de reconocimiento de refugio el salvoconducto no garantiza el acceso a derechos del solicitante como poseer número de identificación o que le sirva para realizar trámites legales o administrativos en el país.
“Muchas personas son solicitantes de refugio, tienen hijos en Colombia y no pueden registrar a sus hijos y su registro de nacimiento o se lo niegan, tanto en las notarías como en los registros, porque dicen que no tienen número de identificación, convirtiéndolos en apátridas”, explicó Prieto.
También cuestionó que los tiempos de respuestas con respecto a las solicitudes de refugio son muy lentos, de año y medio a dos años. “Una población que es refugiada y que tiene muchas dificultades de protección internacional no debería esperar tanto tiempo para ser considerada y reconocida como refugiados”, señaló.
Eduardo Espinel, director de la Fundación Venezolanos en Cúcuta, señala que para los migrantes venezolanos es difícil obtener la condición de refugiados en Colombia porque la gran mayoría de ellos se encuentran desinformados y las rutas para conocer este proceso es bastante escasa.
"Una de las principales trabas para lograr el reconocimiento de la condición de refugiado para todos nuestros migrantes venezolanos es que son muy escasas las instituciones o cooperaciones internacionales, pocas agencias, que se encargan de tramitar esa condición. Estamos seguros que si se unificara el Estado colombiano con la cooperación internacional, la sociedad civil sobre la ruta del refugiado, el migrante va a tener más acceso a lograr esa condición", expresó Espinel.
Reconoció el trabajo del Estado colombiano en este asunto, pero destacó que si esta información se hace masiva y si la población migrante se da cuenta de los beneficios de la condición de refugiado, se creará una muy buena expectativa y muchos de los venezolanos tendrían la intención de migrar a Colombia, ya que contarán con acceso a servicios públicos y otros derechos fundamentales como la posibilidad de educarse y trabajar.
Espinel opinó que una de las formas de ayudar a los migrantes venezolanos mientras esperan la condición de refugiado es que se le permitan trabajar dignamente a través de un permiso especial para poder mantener a sus familias. Lamentó que algunos al enterarse que no pueden laborar declinan en esperar la condición de refugiado.
Al igual que Prieto, Espinel piensa que dos años para lograr la condición de refugiado es un período muy largo.