Alejandra Vera: la pamplonesa que ayuda a las mujeres en Norte de Santander

La lideresa social ha sido galardonada con más de 20 premios por su trabajo con mujeres migrantes, colombianas y en condición de prostitución.
Alejandra Vera, directora de la Corporación Mujer Denuncia y Muévete
Escrito Por:
Lineth Sanguino

 

Reconocida por su incansable trabajo en torno a la defensa de los derechos de las mujeres, niñas y adolescentes, Alejandra Vera, de 36 años de edad y más de 13 con experiencia en el área comunitaria, se ha ganado un lugar en el corazón de las más de mil mujeres que ha logrado beneficiar con su activismo y liderazgo. 

Su persistencia y trayectoria han sido galardonadas en más de 20 ocasiones, siendo además premiada por la Embajada de Estados Unidos durante tres años consecutivos, en los que ha sido monitoreada para ser merecedora de ellos, puesto que de cada país solo una persona puede ser acreedora de esta insignia que la cataloga como una pieza clave en la construcción de un mejor país. 

Desde muy joven su inclinación hacia los temas humanitarios se hicieron visibles, cuando en el colegio hizo parte de los ejercicios democráticos y se interesó por los procesos comunitarios, lo cual se reflejó en los espacios a los que asistía en la universidad como parte de su participación ciudadana, estudiando la carrera de derecho en la ciudad de Cúcuta. 

“Mi mamá y mi papá eran líderes sindicales, entonces cada que sucedía alguna injusticia, ellos siempre me llevaban a las marchas y apenas con ocho años empecé a interesarme por todo este ambiente, que se empezó a materializar estando en el colegio”, señaló Alejandra, quien además es fundadora de la Corporación Mujer Denuncia y Muévete (CMDYM). 

Para ella, lo que hoy significa esta organización sin ánimos de lucro, es la suma de todos los esfuerzos que ha hecho desde que participaba en procesos nacionales con otras entidades de la sociedad civil y gubernamentales que buscaban ayudar a poblaciones vulneradas, como lo son las mujeres víctimas del conflicto armado, violencia sexual o cualquier afectación en general a causa de su sexo.

Su compromiso con la causa, la convirtió en la Coordinadora Departamental de Norte de Santander de la Red de Mujeres Víctimas y Profesionales, participando del Proceso de paz y la construcción de la ruta de atención para las víctimas de violencia sexual, además de consolidarse como una organización permanente en la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), dejando un precedente en lo que ella quería para su vida, que era ayudar no solo a las personas que al igual que ella se habían visto aquejadas por el conflicto, sino también de aquellas que aunque no fue en el marco de esta ola de violencia, también sufrían y merecían una mano amiga.

Desde ese momento, Alejandra supo que debía formar su propio espacio que acogiera a todas las mujeres y se autodefiniera como feminista, lo que desembocó en Alahia, un proceso de resiliencia conformado por víctimas de cualquier tipo de violencia machista, que buscaban sanar sus heridas a través del tejido.

Las herramientas que obtuvo de esos encuentros de tejido, fueron los primeros rayos de luz que su actual directora vio para el nacimiento de la CMDYM, trasladando lo personal a lo político, bajo las directrices de todas las formas de violencia, durante el 2016, cuando se inscribió su cámara de comercio, en pleno comienzo de la crisis migratoria a manos de las problemáticas presentadas en Venezuela. 

“En el 2018 ya estábamos jurídicamente constituidas y fuertes, tocamos puertas buscando apoyo y quien nos tocó la puerta y le agradecemos fue la Fundación Orientame, con quienes nos dimos la tarea de materializar el derecho al aborto, que aunque ya lo teníamos desde el 2006, no se había llevado a la realidad, así que llevamos esa información hacia las mujeres tanto colombianas como migrantes” explicó. 

Este trabajo, que en muchas ocasiones es invisible, fue la pieza clave para que la organización tuviera la acogida que hoy tiene, creando proyectos que han impactado a más de mil mujeres hasta el momento, tanto en prevención de Violencias Basadas en Género (VBG), acceso a la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) y estrategias educativas para la protección de los derechos sexuales y reproductivos. 

La trayectoria de Alejandra hace no solo la diferencia en el territorio, sino también en la vida de quienes ha podido tocar, con la fuerza y determinación que la caracteriza y con las que ha sostenido a través del tiempo los apoyos que hoy sigue ofreciendo su corporación, del cual se benefician incluso mujeres en condición de prostitución que han podido salir de los círculos de opresión a los cuales se encontraban expuestas. 

En este momento, la sede de CMDYM se encuentra ubicada en el barrio Quinta Oriental, donde florecen los proyectos que siguen funcionando sobre los cimientos que en su momento Vera fijó con todo el amor que refleja un espacio que, como ella menciona, representa todo lo que ella es, sus logros, sus caídas, pero también las veces que se ha levantado con la motivación de seguir haciendo de Norte de Santander un lugar más seguro para todas.