Con un trabajo conjunto, cada una de las personas que conforman la comunidad educativa, ha puesto su granito de arena para asegurar la permanencia de los estudiantes venezolanos o de origen colombiano residentes en Ureña, a través de las actividades que fomentan la integración e inclusión para un mejor ambiente escolar.
Como lo comenta Pablo Rincón, al rededor del 85% de los estudiantes que acceden diariamente a la educación en las aulas del colegio Club de Leones en Cúcuta, sede Escobal, residen en Venezuela, demostrando un fenómeno que el colegio ha sabido ver como una oportunidad para crecer y fortalecer sus procesos de permanencia, donde se realizan actividades academicolúdicas como motivación a los niños y niñas.
“Un reto que tenemos es el de brindar cada vez más y mejores espacios para asegurar que los estudiantes se quieran quedar no solo en la institución, sino también en la región, de manera organizada y proyectada a trabajar sobre un proyecto de vida adecuado que les permita garantías para ellos y para el fortalecimiento de la región” señaló Rincón.
En ese sentido, el colegio ha abierto sus puertas a diversas jornadas que contribuyen a continuar realizando el proceso de regularización de los niños que aún no consiguen sus documentos de identidad en Colombia y siguen estando inscritos con su código NES, el cual es establecido por la Secretaría de Educación y les permite acceder a la educación independientemente de su estatus migratorio, para que así su aprendizaje no se vea interrumpido.
Para las primeras infancias, se han encargado de fortalecer las competencias socioemocionales, que le permiten un desarrollo íntegro tanto a los docentes como con los niños, reconociendo la importancia de estas para alimentar el proyecto de vida de los niños y niñas que se proyectan a futuro en mejores resultados en las pruebas, que muchos jóvenes venezolanos han podido puntear gracias a sus características de liderazgo, como lo menciona Rincón.
Así mismo, las medias técnicas han sido uno de los retos que han asumido desde la I.E., para formar estudiantes que proyecten sus capacidades, adecuando estas a sus propias características y fortalecer las ventajas con la que estos cuentan para generar medios de vidas a futuro, ya sea con la intención de ingresar a una Institución de Educación Superior u ofrecer servicios independientes de manera óptima y certificada.
Todo esto se enmarca dentro de la “transformación” que persigue este colegio para con sus estudiantes, que consolidan el motivo de ser y seguir siendo en pro de la educación para la región.
Aunque en 2015, con la explosión de la crisis económica en Venezuela, fue difícil brindar el acceso debido a la falta de políticas públicas, tal cual lo explica Rincón, con la llegada de estas, bajo la voluntad de apoyo del Gobierno Nacional, diversas organizaciones y Cooperación Internacional, ha sido posible abrir las puertas a todo aquel que llegue con el deseo de estudiar.
“La integración ha sido muy armónica, nosotros siempre hemos recibido estudiantes de Venezuela y como Cúcuta es una ciudad fronteriza, la mayoría siempre tiene qué ver con alguien del otro lado de la frontera, entonces no ha sido mucha la dificultad para integrar tanto estudiantes, como familias y docentes, pues los estudiantes no tienen esa diferenciación que muchas veces sí los adultos” finalizó por explicar Rincón.