El Colegio Julio Pérez Ferrero le apuesta a la integración migrante

El objetivo es el acceso y la permanencia en la educación para población migrante.
Julio Pérez
Escrito Por:
Lineth Sanguino


 

Desde sus cuatro sedes ubicadas en San Miguel, Cundinamarca, Nuevo Horizonte y Simón Bolívar, la institución ha buscado la unidad para el mejoramiento de la educación y la integración de los niños y niñas migrantes provenientes de Venezuela que buscan acceder a sus derechos de aprendizaje por medio del Colegio Julio Pérez Ferrero. 

Así mismo, bajo los pilares de fortalecimiento para el acceso y la permanencia de quienes logran ingresar al sistema educativo, recordando que este es un derecho, independientemente de si el menor se encuentra en Colombia de manera regular o irregular, pretenden seguir generando espacios que fomenten la integración exitosa de los y las estudiantes. 

Según el Rector del claustro, Óscar Aldana, para llegar a ese fin, “no solo se realizan actividades desde lo académico, sino también desde el enfoque cultural, deportivo y artístico, para que cada día todos los estudiantes deseen regresar a la escuela”, puesto que parte de esa integración se encuentra en las motivaciones que los jóvenes reciben para sentirse parte de una comunidad. 

Al principio, cuando se desató la crisis económica en Venezuela y miles de personas comenzaron a migrar, tal como lo comenta Aldana, uno de los principales retos fueron las faltas de políticas públicas que reglamentaran el ingreso de quienes llegaban en busca de un cupo para un grado académico, pues para el momento el único mecanismo existente para permitir el ingreso consistía en el código NES establecido por la Secretaría de Educación, el cual permitía la inscripción en caso de no contar con documentos de identificación como cédula de extranjería, PPT o PEP. 

Sin embargo, poco a poco estas políticas se han ido fortaleciendo desde el orden nacional, rompiendo las barreras que impedían el acceso a muchos jóvenes que veían su proceso escolar interrumpido, lo que además ha logrado que colegios como el que dirige el rector Aldana, abra sus puertas y actualmente vea una oportunidad en la migración. 

Rector del Julio Pérez Ferrero

Frente a esto, menciona el rector, que a día de hoy también ha significado un desafío que quienes ya se encuentran dentro del sistema, pero siguen con un estatus migratorio irregular, accedan a su PPT a través del Registro Único de Migrante Venezolano (RUMV), parar que además logren realizar su media técnica en convenio con el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA) e incluso graduarse e incorporarse a la educación superior en Universidades públicas o privadas. 

En total, esta institución cuenta con 2.672 estudiantes matriculados, de los cuales 451 son migrantes venezolanos, quienes han podido destacar, siendo “muchos de ellos los que ocupan los primeros lugares en las pruebas internas, destacan en olimpiadas de matemáticas, ciencia, actividades como los modelos ONU, la semana donde promueven la poesía, el teatro, la danza” señaló el alto directivo.

Para la institución este fenómeno más que un reto ha sido una oportunidad para plantear nuevas formas de servicio a la comunidad, lo que se ha reflejado en numerosos casos de éxito que los enorgullecen de su estudiantado, creando líderes y personas íntegras que motivan tanto a los directores y docentes a seguir trabajando por el mejoramiento de la educación en la capital nortesantandereana. 

“La experiencia como educador en el sector urbano marginal es de continuas satisfacciones, algunas pocas decepciones, pero para uno como ser humano y educador lo que tiene que primar son los aspectos positivos, esas transformaciones positivas que logramos trabajando en este sector donde cualquier éxito que tengamos con uno solo de los estudiantes es asegurar que haya oportunidades futuras en esos entornos tan difíciles en los que a veces se encuentran”, finalizó de explicar Aldana.