Qué señales debes tener en cuenta para saber si tu hijo matonea a sus compañeros

Es importante identificar posibles prácticas agresivas en los niños y niñas para poder corregirlas.
Qué señales debes tener en cuenta para saber si tu hijo matonea a sus compañeros
Escrito Por:
Lineth Sanguino

 

Generalmente, el bullying se presenta dentro de los entornos educativos entre alumnos que pueden o no ser compañeros de clase, en donde una o más personas molestan de manera verbal o física a alguien repetitivamente con el fin de agredirlo, pero estos daños también pueden trascender al espacio personal, acosando a la víctima incluso fuera del ámbito educativo.

Según la ONG bullying sin Fronteras, entre 2017 y 2021, Colombia se encontraba entre los 10 primeros países con más casos graves de bullying registrados, contando solo aquellos que es posible identificar y clasificar, pues como comentó la organización mediante un comunicado a la opinión pública, es imposible cuantificarlos en su totalidad. 

Para que existan niños que son matoneados en sus aulas de clase, debe haber otros que perpetúan estas violencias y es de vital importancia colocar la atención necesaria para no solo identificar las razones que los impulsan a acosar, sino también frenar esos comportamientos que perjudican en algunos casos de manera permanente a los niños.   

Sin embargo, para poder dar fin a ese círculo de violencia, el primer paso es identificar las señales que alertan sobre un posible caso de matoneo en el que tu hijo o menor a tu cuidado está agrediendo a uno o varios de sus compañeros de clases. 

Los signos de alerta 

Según Ruth Pérez, profesional psicosocial del Centro Intégrate en Cúcuta, común que los menores que tienen estos comportamientos, vengan de patrones de violencia intrafamiliar que se replican en la forma que se comportan en los distintos escenarios que interactúan, y algunas de las señales que puedes identificar son: 

  • Impulsividad: toman decisiones aceleradas sin medir las consecuencias que estas puedan tener sobre ellos o los demás. 
  • Perdida del control: cuando se enojan pueden perder el control a la menor provocación. 
  • Irritabilidad: son demasiado sensibles y tienden a tener episodios desmedidos de ira. 
  • Ausencia de empatía: les cuesta conectar con otras personas y colocarse en sus zapatos, independientemente de la situación, debido a los traumas generados en su ambiente familiar. 
  • Rebeldía: tienen dificultades para adaptarse a los lineamientos establecidos, ya sea por norma social o por la institución educativa a la que pertenecen, demostrando una inclinación a romper las reglas sin motivo aparente. 

Por su parte, el colegio, debe informar en este caso a la policía de infancia y adolescencia sobre cualquier situación de agresión que se presente referente a este tema dentro o fuera de sus instalaciones, si el acoso trasciende a lugares fuera de los espacios académicos. 

Aunque los colegios son los responsables de realizar la primera identificación, también en fundamental que como padres y cuidadores se haga un acompañamiento de estos niños que necesitan el apoyo de sus cuidadores para poder empezar a enrutar cualquier caso de la forma que más se beneficie a los jóvenes.