Desde muy pequeña Vanesa Durán se interesó por la música, siendo esta una forma de expresarse y visibilizar todas aquellas situaciones por las que pasaba, lo cual sirvió como cimiento para que más adelante decidiera comenzar a componer sus propias canciones.
En su paso por la carrera de Comunicación Social en la Universidad Francisco de Paula Santander, seccional Ocaña, el género urbano entró dentro de su vida para quedarse y posteriormente junto con sus amigos crear un grupo que se dedicaría a llevar esta cultura a lo largo y ancho del municipio.
Al principio, todo comenzó como un “parche” de amigos que se reunían para pasar buenos ratos, cantar, pintar y dedicarse a hacer proyectos personales relacionados con estos artes que les apasionaba y les distraía de las realidades que cada uno vivía dentro de sus territorios, puesto que la mayoría provenía de zonas azotadas por el conflicto armado en la subregión del Catatumbo.
“Al principio nos juntábamos y en la recocha grabábamos las canciones con un auricular todo malo, el peor sonido que te puedas imaginar, pero éramos felices, y tanto dimos hasta que un día dijimos qué sigue ahora, ya hemos hecho mucho, debemos organizar esto y pensarnos en grande y nació La Montaña Records Catatumbo”, explicó Varé, quien ahora ejerce el cargo de directora del sello discográfico que ha generado revuelo en la región con sus apuestas musicales.
“Ruda”, fue uno de los proyectos que más llamaron la atención de esta cantautora, puesto que su trasfondo enmarcaba muchos de los temas que, aunque ahora son más visibles que antes, siguen siendo estigmatizados por la población, como lo es el feminismo, el amor libre, el acoso callejero y demás problemáticas que aquejan a las mujeres.
Según ella, sus letras se basan en situaciones que han tenido cabida dentro de su propia vida o que ha observado de primera mano en su territorio con relación a las mujeres, los jóvenes y la niñez, que a fin de cuentas es la principal afectada por las malas decisiones, los adultos y las discriminaciones que de igual forma perpetúan desde la crianza tanto en los hogares como en la educación primaria en algunas ocasiones.
“Los niños siempre serán lo más importante, hay que enseñarles que hay otros caminos, otras formas, que se puede hacer lo que a uno le apasiona y eso no lo hace alguien malo mientras no le haga daño a nadie más, el rap también es una forma de expresarse y resistir desde el arte” señaló.
Con su música, esta joven vallecaucana, criada entre lo espeso del monte en el Catatumbo, sigue permitiendo vivir el sueño que tanto ha trabajado para seguir fortaleciendo, realizando giras por todo el país junto a otros artistas emergentes que al igual que ella busca llevar el mensaje de paz, amor y no discriminación que la ha identificado desde sus inicios.
En este momento, junto al sello discográfico, se encuentran trabajando en su siguiente proyecto que tiene pensado salir a la luz a finales de este año como una secuencia del rap campesino que crean junto con sus otros colegas, como el reconocido artista “Asimétrico”, que se ha ganado el corazón de los ocañeros con su mezcla de rap con carranga, honrando las raíces campesinas que los representan.
