Hay varias organizaciones que han manifestado su preocupación por el cierre temporal de frontera y las consecuencias que esto puede traer para los migrantes venezolanos que buscan atravesar al país por las trochas para abastecerse de alimentos y medicamentos.
En Norte de Santander los tres puentes fronterizos (Simón Bolívar, en Villa del Rosario; Francisco de Paula Santander, en Cúcuta, y La Unión, en Puerto Santander) fueron cerrados preventivamente.
Estos tres pasos son atravesados diariamente por un promedio de unas 50.000 personas al día, y hoy están cerrados como parte de las medidas del Gobierno Nacional para la contención del COVID-19.
El Servicio de Jesuitas de Colombia, a través de Instagram, enfatizó que este cierre temporal lleva a los migrantes a no tener más alternativas que utilizar los caminos ilegales para ingresar al país, exponiéndolos a distintos riesgos.
“Hacemos un llamado a crear rutas de coordinación binacional en favor de la protección y bienestar de quienes están en condiciones de migración forzada. Asimismo, a las diferentes autoridades locales a qué consideren la situación de vulnerabilidad que enfrentan quienes siguen entrando al país, de cara a la contención del COVID-19”, indica el comunicado del Servicio de Jesuitas de Colombia.
La embajada del Gobierno interino de la República Bolivariana de Venezuela en Colombia expresó su preocupación por un grupo de venezolanos que desea regresar al vecino país, pero debido a las medidas de suspensión del tráfico aéreo entre Colombia y Venezuela.
El embajador de la República Bolivariana de Venezuela en Colombia, Tomás Guanipa, solicitó a través de un comunicado al Gobierno colombiano que le haga la solicitud formal a la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y ACNUR todo el proceso de coordinación para lograr abrir un puente aéreo humanitario entre Caracas y Bogotá para que estas personas retornen hacia el vecino país.
Algunos de los riegos de cruzar por trochas
- Las personas que deciden atravesar la frontera por los pasos ilegales corren el riesgo de caer en estafas con los llamados trocheros, que están cobrando más de 20.000 pesos por persona para “ayudalas” a atravesar.
- Las mujeres y niñas que atraviesan estos pasos corren el riesgo de ser víctimas de abuso sexual de manos de los mismos trocheros, delincuentes, y las mafias del tráfico de drogas.
- Existen el riesgo de caer en redes de trata de personas por medio de trampas y engaños.
- Pueden quedar en medio de intercambio de disparos entre bandas delictivas.
- Ser víctimas de secuestro de grupos armados ilegales.
