El fenómeno de movilidad venezolano, registrado desde 2014, ha sido una oportunidad para la transformación y el fortalecimiento del tejido empresarial de Norte de Santander, que a su vez se ha traducido en la generación de empleo para las personas venezolanas, colombianos retornados, cucuteños y cucuteñas.
Esta fue una de las conclusiones del Conversatorio ‘Generación de Empleo e Integración Económica: un gana-gana para todos y todas’, organizado por el diario La Opinión y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), en el marco del proyecto Integra.
De acuerdo con el secretario de Desarrollo Social de Cúcuta, Mauricio Aguas, moderador del evento, los venezolanos no solo han llegado a buscar oportunidades de empleo, sino que también se han instalado para crear emprendimientos y empresas que generan plazas laborales, contribuyendo a la reducción de las tasas de desempleo e informalidad.
Con esta postura concuerda el gerente de la Asociación Nacional de Empresarios (ANDI) en Norte de Santander y uno de los panelistas, Francisco Unda, quien se refirió que desde 2016 se han registrado 1.803 empresas por venezolanos en los 18 municipios de la Cámara de Comercio de Cúcuta, solo el año pasado fueron 508.
Yecenia Dávila, de Comercializadora Camdun; Arvey Duque, de Empaquetadora del Norte; Benlewis Gaviria Rendón, de La Gran Cosecha; Carlos Sibulo Galván, de cafetería y pastelería Istana; Francisco Unda, representante de la Andi.
La bendición de ser frontera
El empresario venezolano y fundador de la panadería La Gran Cosecha, Benlewis Gaviria Rendón, afirmó que “ser frontera es una bendición”, porque “ha llegado mucho venezolano trabajador, con ideas, con conocimiento en gastronomía”, quienes han creado empresa y empleo.
Por ejemplo, su red de panaderías tiene 300 empleos (el 25% de ellos ocupados por migrantes). “Con esto han generado desarrollo económico y una ruta completamente diferente a Cúcuta”, añadió Gaviria, resaltando que, al igual que en el pasado lo hizo la mano de obra colombiana en Venezuela, la mano de obra venezolana en Colombia ha impulsado el tejido empresarial.
El fundador de Empaquetadora del Norte, Arvey Duque Villamizar, expresó en su intervención que la ubicación geográfica de Cúcuta influyó en la creación de muchas empresas. Ahora genera 400 empleos, 20% ocupados por migrantes.
Señaló que ser frontera llevó a su compañía a crecer y, ahora, el 85% de las ventas de alimentos de su compañía corresponde al mercado colombiano, el restante al venezolano. “Hoy las empresas del país miran a Cúcuta con otros ojos, porque generamos valor en la cadena de abastecimiento, con una logística de muy alto nivel, somos un proveedor estratégico”.
‘Las fronteras no existen’
La directora de Desarrollo Humano y Talento Corporativo de la Comercializadora Camdun, Yecenia Dávila Riaño, expresó que, como colombiana, se siente orgullosa de ser una líder corporativa en una empresa venezolana creada en Cúcuta, resaltando su satisfacción por ver cómo su equipo de trabajo cree en la región.
“Las fronteras no existen en las organizaciones. Hemos creído en una integración que nos permite trabajar con pasión, con amor. Todos los días aprendemos que somos diversos, con un lenguaje con palabras distintas, pero que estamos en un entorno en donde la fraternidad es lo principal. Gastronómicamente somos muy parecidos y eso lo vivimos. Pero todos aportamos al crecimiento organizacional y es increíble el aporte del extranjero”, aseguró durante el foro.
A esta perspectiva se sumó Carlos Sibulo Galván, un venezolano que lidera el área gastronómica de la cafetería y pastelería Istana, quien recordó cómo en los aeropuertos venezolanos salían sus connacionales con el títulos académico dentro de sus maletas, reflejo de que el país se quedó sin mano de obra profesional, calificada y cualificada.
“No solo para quienes saben de números, impactaba ver cómo el futuro, el capital profesional se iba de un país. Esto no le importó al gobierno, pero somos de los que creemos que entre más personas calificadas tenga un Estado, serán mayores las oportunidades de crecimiento para ese territorio”.
Detalló que el 60% de la planta de trabajadores de Istana es venezolana.
Estrategia de inclusión de ANDI
El gerente de la ANDI, Francisco Unda, se refirió a la estrategia que diseñó el gremio para incentivar a los empresarios a ser más inclusivos.
Esa estrategia de competitividad tiene cuatro acciones: el empleo inclusivo, compras inclusivas periódicas (adquirir productos a asociaciones de mujeres, campesinos…), abastecimiento inclusivo (compras permanentes de insumos a una población vulnerable) y distribución inclusiva (garantizar la llegada de los productos a comunidades remotas).
‘Narrar la integración’
La líder de proyecto Intégrate, Margarita Sáenz, indicó que este es el momento de narrar la integración, porque durante años solo se contaron historias llenas de dolor.
“La integración de los migrantes es una oportunidad para generar capacidad en los territorios, y enriquecernos de nuevos talentos”.
La directora de La Opinión, Estefanía Colmenares, recordó que la integración de los migrantes es la clave para que lo países de acogida puedan aprovechar al máximo su potencial en conocimiento, experiencias y en bagaje cultural, para generar crecimiento económico.
Colmenares recordó que, según un estudio del Fondo Monetario Internacional (FMI), una rápida inclusión de los migrantes a la fuerza laboral puede permitir a esos países receptores lograr un crecimiento de su Producto Interno Bruto (PIB), que para el caso de Colombia sería de 4,5% para 2030.
