Radionovelas de migrantes venezolanas, un aporte a la sana convivencia 

Las historias relatan las calamidades de las mujeres venezolanas al cruzar la frontera.
Radionovelas de migrantes venezolanas

Maite y Xiomara comparten la misma historia. Ambas son venezolanas y migraron a Colombia con el sueño de alcanzar el progreso que vieron truncado en su país. Nunca pensaron que sus relatos cargados de conflictos y triunfos las convertirían en protagonistas de radionovelas, con las cuales pretenden crear un ambiente social más estable y de oportunidades para miles de migrantes, que como ellas, cruzaron la frontera.

Ellas hacen parte del elenco de las series radiofónicas estrenadas el 5 de mayo de 2020 en la emisora Ecos del Catatumbo 99.7 FM, en la plataforma digital de Parcomún https://parcomun.org/ y en la red Sound Cloud.

La pieza “La Esperanza de una Mujer Migrante”  identifica el conflicto de la mujer migrante, en este caso la xenofobia y discriminación laboral que atravesó la tachirense Xiomara al llegar a Tibú y sobre cómo surgieron otros eventos inesperados que cambiaron su vida.

Mientras que la segunda entrega titulada “Renacer, más allá de la frontera” se centró en la vida de la caraqueña Maite, rechazada por su nacionalidad y sobre cómo tuvo que lidiar con las propuestas de trabajadora sexual, en el barrio Santa Teresa de Puerto Santander. 

Además de estos dos formatos digitales, se crearon obras teatrales online que muestran las calamidades de los hermanos del vecino país. En el caso de Cúcuta, la obra teatral “La Travesía de una Mujer Migrante”, se basa en la historia de Dorotea, quien al ver que no hay un futuro para sus hijos en Venezuela, acuerda encontrarse con una amiga en Colombia, sin imaginar que el empleo que le tenían reservado era en un bar. Sin embargo, gracias al apoyo de amigas venezolanas y colombianas, Dorotea rompe con los prejuicios del imaginario social que tanto afecta la dignidad de sus compañeras migrantes. 

El ambiente escolar de los migrantes también fue tomado en cuenta con la puesta dramática  “El colegio, un espacio para todos”, en el que la intérprete Camila, una adolescente, de 16 años, cursa el décimo grado de bachillerato en Venezuela, pero repentinamente viaja a Colombia junto con su madre para cuidar a su abuela. El cambio de vida hace que deba inscribirse en una institución en Los Patios  para seguir con sus estudios, sin imaginar que se enfrentaría a un lugar hostil y falta de solidaridad. 

Independientemente del color de piel, forma de pensar, origen, o nacionalidad, el proyecto busca  eliminar los estigmas como la xenofobia y otros aspectos que limitan y afectan la convivencia y dignidad de las personas, generando herramientas que les permitan a las mujeres apropiarse de ellas y lograr una verdadera transformación social.

 teatro online

 

La iniciativa de género radial

A partir de las situaciones difíciles del trasegar migratorio, la Fundación para la Participación Comunitaria (Parcomún), en alianza con el Programa de Gobernabilidad Regional de USAID y otras entidades, desarrolló entre noviembre y diciembre de 2019 una estrategia de diálogo y gestión comunitaria que mejorara la convivencia entre la población venezolana migrante, comunidad retornada y de acogida colombiana, con especial énfasis en las mujeres. Para ello se efectuó una interacción con los líderes sociales y una convocatoria para las interesadas en participar en cinco municipios del Norte de Santander.     

Mario Zambrano, coordinador de cohesión social de Parcomún, mencionó que el proyecto derivó dos radionovelas en Tibú y Puerto Santander, mientras que en Cúcuta, Los Patios y Villa del Rosario se desarrollaron obras teatrales  con el fin de generar el desarrollo e inclusión de los migrantes venezolanos a través de trabajos dignos, acceso a la educación y salud.

Las historias, de cuatro capítulos, se construyeron con las vivencias propias de las protagonistas y la fundación, por medio de un grupo de profesionales de distintas áreas, aportó las herramientas metodológicas para generar la narrativa cargada con sentimientos de esperanza y especialmente de reconocimiento al esfuerzo de las mujeres migrantes venezolanas de salir adelante.  

“No solo nos quedamos con la mirada difícil y compleja de esa situación sino que a partir de la resiliencia, de reconocer sus potencialidades, también de tejer lazos con sus coterráneos en este país, sino también con las personas que le tendieron la mano, que se superan y cuentan unas historias muy bonitas en cada una de estas novelas”, expresó Zambrano.

El coordinador indicó que la COVID-19 significó una fuerte interrupción en la consecución del proyecto, pero reconoció el compromiso de las mujeres de los barrios para sacar adelante estas obras y demuestra la calidad de seres humanos que son.

 

teatro villa

Más sobre el proyecto

Para hacer posible las radionovelas y obras, contaron con un profesor de teatro, una directora de comunicaciones, una asistente de producción y un experto en medios audiovisuales, especialmente del área de teatro. También un coordinador, una economista magíster en políticas públicas y con amplia experiencia en asuntos comunitarios, expertos en desarrollo social y temas comunitarios.

Las alianzas se establecieron además con varios actores del territorio e instituciones como las Juntas de Acción Comunal de todos los barrios, la secretaría de Desarrollo Social y Económico y la Secretaría de Equidad de Género, de Cúcuta; en Los Patios participó la Secretaría de Desarrollo Social; la alcaldía de Villa del Rosario;  el gestor social con la Secretaría General de Puerto Santander; y en Tibú contribuyeron la Administración Municipal y la Oficina de la Mujer.

Otras organizaciones que prestaron su apoyo fue Asoder, Asesores y Consultores Zambrano, Universidad Libre y Fundación Poder Paz.

En Cúcuta se trabajó con el asentamiento humano Nueva Ilusión, con 27 mujeres migrantes, retornadas y colombianas; en Villa del Rosario, en el barrio Buena Vista II, participaron 28; en el barrio Las Cumbres de Los Patios, 25 mujeres; en Puerto Santander, barrio 16 de Julio, 35 mujeres. En Tibú, en el asentamiento humano Divino Niño, con 55 mujeres.