Productos colombianos marcan la economía de un pueblo venezolano

En cualquier calle de San Juan de Colón, en el estado Táchira, se ofrecen toda clase de mercancía
Improvisan sus propios quioscos a fin de vender sus productos

 

San Juan de Colón es la capital del municipio Ayacucho, en el estado Táchira, al oeste de Venezuela. Se trata de la tercera ciudad más poblada del estado Táchira aproximadamente con cien mil habitantes.

El efímero sueldo mínimo venezolano ha llevado a sus pobladores a improvisar otras fuentes de trabajo que le permitan mantener a sus familias y cubrir los gastos básicos. Durante los últimos meses, las ventas improvisadas de alimentos traídos desde Colombia se han multiplicado en la famosa “Ciudad de las Palmeras”.

La frontera con Colombia, ubicada a sólo 44 kilómetros (ruta San Juan de Colón –Ureña), es testigo de esta nueva realidad, pues debido a los altos costos de la cesta básica en Venezuela, que actualmente ronda en 3.724.390, 25 bolívares soberanos, los habitantes buscan formas de combatir la inflación venezolana.

Improvisan sus propios negocios

Los quioscos móviles que son instalados en las calles del mercado popular, calles del centro y hasta al frente de las viviendas, ofrecen al consumidor la oportunidad de comprar alimentos más económicos que en los mismos supermercados, aunque a veces un poco más costosos o igual que en Cúcuta.

A quienes se les hace difícil viajar hasta Cúcuta a hacer mercado, en estos lugares pueden conseguir harina, arroz, aceite, mayonesa, mantequilla, cotufas, caraotas, pasta, lavaplatos, jabón para ropa, jabón de baño, galletas, cubitos, refrescos colombianos, chucherías, champú, entre otros productos. La compra la pueden cancelar con bolívares (en efectivo), pesos y hasta dólares, pues en este pueblo fronterizo ya se comercializa las tres monedas.

Para la gran mayoría de los consumidores, la moneda más fácil para adquirir su productos es el peso colombiano, ya que muchos afirman tener familiares fuera de Venezuela que les envían remesas mensuales. “Realmente con el sueldo mínimo no hacemos nada, si esta en 400.000 mil bolívares soberanos y un cartón de huevos está en 180.000 mil bolívares, un kilo de harina 50.000 mil bolívares”, dijo una habitante.

En las calles se observan todo tipo de producto colombiano

Prefieren comprar aquí mismo los productos

Olga Marín es una de las personas que prefiere hacer sus compras en el pueblo  y no trasladarse hasta la ciudad de Cúcuta, “si saco cuentas de lo que gasto en pasajes que son 10 mil pesos sólo Colón hasta Ureña ida y vuelta y en expreso frontera que es más barato que los piratas o los carros por puestos, más 1.800 pesos hasta el centro de Cúcuta, a parte el tiempo que debo dedicar en ir y venir que me quita más de medio día porque sólo el viaje son dos horas de camino, pues prefiero comprar todo aquí”.

Ella dice que sólo viaja a Cúcuta cuando su hijo Edgar quién se encuentra en Chile desde hace 2 años y 6 meses le envía dinero y va y lo retira a través de Wester Union, “yo creo que los que seguimos aquí es porque tenemos al menos un familiar fuera del país y es quién subsiste nuestras necesidades, o porque se dedica a contrabando de gasolina que no es un secreto para nadie”.

 

Ubican sus puestos en la puerta de su casa

 

Método de subsistencia

Arturo Bastos, quién se dedicaba a taxista desde hace 26 años ahora tiene un negocio en el garaje de su casa. "Tengo una venta de alimentos colombianos porque a diario alguien necesita algo para su cocina”, y con ello puede mantener a su esposa y nieto, pues todos sus hijos migraron hacia otros países del sur en busca de un mejor futuro.

Arturo viaja al menos dos veces por semana a Cúcuta para adquirir los artículos que ofrece en su pequeño negocio y en cada viaje invierte alrededor de 200 mil pesos. "La mayoría de las veces viajo solo. En otras ocasiones me llevo a mi nieto, todo lo que traigo lo compro en el centro de la ciudad en la famosa Sexta. También voy a Las Mercedes y miro las ofertas de algunos supermercados".

Él siempre lleva sus dos carritos mercaderos, pues el peso de la mercancía supera los 80 kilos.

Asegura que en ocasiones tiene que pagar a quienes cobran en las trochas, "a veces los que están en la trocha piden hasta diez o quince mil pesos eso depende de quien esté cobrando y la cantidad de productos que uno traiga".