Impacto social en la región con el cierre de frontera

La salud y la educación han tenido que adaptarse en medio del fenómeno migratorio.
La salud y la educación han tenido que adaptarse en medio del fenómeno migratorio.
Escrito Por:
Diario La Opinión

 

# 5 AÑOS DEL CIERRE DE FRONTERA

Hace cinco años cuando se dio el cierre de la frontera, los primeros en llegar a la región fueron los colombianos que retornaron como consecuencia de la persecución que inició el gobierno de del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, en su contra.

Según cálculos de Naciones Unidas, 17.000 colombianos cruzaron la frontera para volver a su patria. Esto, sumado a los miles de venezolanos que vendrían detrás de ellos, traería una crisis migratoria jamás antes vista en el país, siendo Norte de Santander el más afectado al ser el principal receptor de retornados y migrantes.

La salud y la educación, fueron dos de los sistemas que durante los últimos cincos años ha colapsado por la sobrepoblación a la que el departamento no estaba preparado.

 

Demanda inesperada en la educación

Demanda en el sector educativo

No es un secreto que Norte de Santander cuenta con bajos estándares de calidad respecto a infraestructura educativa, de hecho, esto mismo no ha permitido que los colegios regresen a clases bajo el sistema de alternancia en medio de la pandemia del coronavirus.

Estas problemáticas que no son nuevas, se han venido agudizando con el aumento de estudiantes dada la crisis migratoria. El sistema educativo de Norte de Santander completa cinco períodos académicos consecutivos con las matrículas disparadas.

Según cifras de la Secretaría de Educación, en 2016, 458 niños venezolanos fueron atendidos.

Luego saltó a 1.147 en 2017, después ascendió a 3.900 en 2018, a 10.721 en 2019 y, finalmente, en el presente año se situó en 16.567 menores.

Respecto a la atención en transporte escolar de estudiantes extranjeros desde el corredor humanitario, la Secretaría de Educación departamental informó que es una cifra que también ha venido en aumento.

En 2016 fueron 400 niños los atendidos, 730 en 2017, 850 en 2018. Sin embargo, la cifra ascendió de manera dramática en 2019, atendiéndose a 1.528 y en 2020 fueron 1.650 niños.

Se espera que una vez superada la pandemia generada por el coronavirus, el registro en matrículas y atención a niños migrantes siga aumentando.

 

Ampliación de la atención médica

ATENCIONES EN SALUD

El sistema de salud en la región también tuvo que adaptarse para atender a mucha más población de la acostumbrada, y dada la emergencia por el fenómeno migratorio los gobiernos nacional y departamental, tomaron algunas medidas especiales para la atención médica.

Magaly Pedraza Lizarazo, enfermera líder de la respuesta al fenómeno migratorio del Instituto Departamental de Salud de Norte de Santander, mencionó en 2015 cuando se produjo el cierre de frontera, la atención en ese momento era de connacionales por lo que se procedió a vincularlos al servicio de salud ya que eran colombianos.

Sin embargo, ya para el año 2016 en adelante la migración de personas venezolanas es la que prevaleció por lo que el sistema de salud en el Departamento se ha adaptado para dar una respuesta no solo al servicio de urgencias sino a la atención primaria.

Según datos de Migración Colombia, en la región hay 200.256 venezolanos de los cuales 9.539 forman parte de un sistema de salud del régimen subsidiado y 1.675 están en el régimen contributivo, lo quiere decir que hay un alto porcentaje de migrantes sin afiliación a salud.

Pedraza Lizarazo precisó que en 2017 las Empresas Sociales del Estado (EPS) en la región, hicieron 22.288 atenciones médicas, para el año 2018 la cifra pasó a 36.346 y para 2019 se sumaron a esa cifra 9612 atenciones, lo cual representa un aumento significativo.

Sin embargo, esta crisis ha propiciado que el apoyo de la cooperación internacional sea más evidente en el territorio.

En 2017, ese respaldo se concretó en 3.335 actividades, en 2018 se llevaron  a cabo 18.815 atenciones de salud y para 2019 la cantidad fue de 3.379.

Es de precisar que la mayor atención médica a la población migrante se da para controles de embarazo, parto y post-parto. Pedraza Lizarazo precisó que estas atenciones representan una de cada cuatro atenciones médicas, el 68 por ciento de las urgencias y el 30 por ciento de la hospitalización.

Con la crisis que se presenta con la pandemia, el sistema de salud en la región ha venido en un proceso de ampliación, lo que beneficiará no solo a la población migrante sino a la ciudadanía en general, comentó la funcionaria del IDS.