En el departamento de Norte de Santander, el cuerpo de la mujer se ha convertido en un producto comercial, explotado en diversas formas, desde la venta de cabello hasta el tráfico de drogas y la prostitución.
Ana Vera, directora de la Corporación Denuncia y Muévete, lo afirmó durante el conversatorio “Trabajo Digno y Autonomía Económica para las Mujeres”, organizado en conmemoración al Día Internacional de la Mujer.
En un país donde solo un poco más del 40% de las mujeres tienen acceso a empleo formal, el 60% restante queda vulnerable, expuesto a la informalidad y la dependencia económica, lo que a menudo desemboca en casos de maltrato físico y psicológico.
Ante esta realidad, las Escuelas Taller de Colombia, un programa nacional impulsado desde el Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes, se erigen como una alternativa crucial para las mujeres en busca de autonomía económica, el primer paso hacia la liberación de todas las formas de violencia.
Diana Janeth Ortiz López, coordinadora nacional del programa, subrayó la importancia de la autonomía económica para las mujeres como medio para escapar de la violencia y acceder a una vida libre de opresión.
El impacto en las mujeres migrantes
Si bien el programa está diseñado para empoderar a la mujer colombiana, en Norte de Santander este ha sido fundamental para las mujeres migrantes, quienes enfrentan condiciones aún más precarias debido a su estatus irregular.
Por esta razón, más de la mitad de participantes que asisten a los procesos de formación que se desarrollan en el departamento corresponde a población migrante, según datos proporcionados por la coordinadora nacional del programa.
Catherine Crespo, directora de la Fundación Mercedes Ábrego y sobreviviente de la trata de personas, destacó la necesidad desesperada que lleva a muchas mujeres migrantes a "monetizar" sus cuerpos para sobrevivir.
Sin embargo, enfatizó que esto no es motivo de orgullo para aquellas que lo ejercen, por eso se hace un llamado al Gobierno nacional para que “nos puedan brindar trabajos dignos de verdad”.
De la economía informal a la economía popular
Las Escuelas Taller promueven el aprendizaje de oficios vinculados a regiones específicas, como la cerámica, la jardinería y la restauración en el caso de Norte de Santander, con el objetivo de generar ingresos inmediatos.
Este modelo busca desarrollar nuevas habilidades que permitan a la mujer acceder a ofertas de empleo formales en una empresa o fabrica, pero en caso de no lograrlo, el objetivo es “fortalecer esas pequeñas economías de las cuales vivimos todos, como la venta de un producto, de una artesanía, de un alimento, de una práctica que tengamos en nuestra casa”, con lo cual se preserva el patrimonio y se genera un ingreso, dijo la coordinadora del programa.
Actualmente, 60 mujeres son beneficiarias de este programa. Además, las Escuelas Taller proveen las herramientas formativas, pero también financieras, puesto que da la posibilidad de optar por capital semilla para arrancar con el negocio personal.
Cabe mencionar que el plan de Escuelas Taller de Colombia comprende una serie de procesos de aprendizaje técnicos laborales que pueden durar entre 8 y 9 meses; mientras que también tienen cursos cortos que pueden durar hasta 160 horas, es decir, entre dos y tres meses, dependiendo de lo que abarque.
Para las mujeres interesadas, se espera que a partir de abril o mayo se empiece un nuevo ciclo de formación.