“Nunca pensé que mi primo me iba a enredar en su red de webcam”

Fue engañada con la promesa de un futuro mejor en Colombia
Fue engañada con la promesa de un futuro mejor en Colombia

La falta de alimentos, recursos económicos y el deseo de darle todo a su hijo, fueron las razones por las que una joven venezolana decidió aceptar la propuesta de su primo y viajar a Colombia con la intención de mejorar su situación.

Esta es la historia de Carolina, una joven valenciana de 22 años, a quién su mundo se le derrumbó cuando el cáncer “que no perdona a nadie” le arrebató a su madre.

A partir de ese momento tuvo que afrontar la responsabilidad no sólo de mantener la casa donde vivían, sino de alimentar y vestir a su pequeño Tomás, que en ese febrero del 2017 tenía 8 meses de nacido.

Desesperada por cubrir la deuda de la muerte de su madre, se le presentó una tentadora propuesta de su primo, un hombre de 38 años que la convidó a venirse a Colombia con la promesa de un futuro económico prometedor.  “Yo en ese momento estaba aturdida, triste y dispuesta a hacer lo que fuera con tal de salir de todas las deudas por el futuro de mi hijo”.

Carolina se entusiasmó con la idea que su primo le dibujaba cada vez que pasaba a llevarle leche y algo de comida para ella y su bebé, “él me decía que tenía varios contactos, que trabajaban en una empresa donde pagaban bien; yo nunca pensé que trabajar a través de una cámara me fuera a convertir mi vida en una completa pesadilla”.

 Involucrada en el mundo Webcam

Lo que Carolina jamás supo era que su sueño de poder montar una bodega y brindar un hogar digno a su pequeño Tomás se fuera a truncar.  “recuerdo que ese sábado 14 de octubre de 2017 justo cuando mi madre llevaba 8 meses de su partida, salí junto con mi primo y mi bebé rumbo a Colombia. A partir de ese momento me estrellé con una realidad”.

Ya en Cúcuta, la joven notó cambios en su primo

Llegamos a una casa que tenía una fachada muy linda por fuera, pero por dentro era un burdel. Me asusté y le pregunté qué hacíamos allí. Él, con tono burlesco, me respondió: Tranquila, que vas a ganar dinero. 

Lo que nunca se llegó a imaginar es que su primo, era quién manejaba una red de chicas para trabajar por Webcam, “el me encerró en una habitación, me dijo que ese sería mi hogar, que no me preocupara por mi bebé que allí nada le faltaría. Me dijo que en el closet tenía ropa, que le diera de comer al bebé y que lo durmiera porque tenía que empezar a trabajar de una vez. En ese momento pensaba en todos los consejos de mi madre, pero también pensaba en la deuda y que si no pagaba los gastos fúnebres de mi mamá pues podían hasta quitarme mi casita”. 

El chantaje no la dejaba salir de ese mundo

Recuerda con tristeza que cuando por obligación le toco desnudarse frente a una cámara, pensaba en su bebé y juraba cada vez que lo hacía que pronto saldría de ese mundo, “los primeros cinco meses mi primo no me pagaba lo que me prometió, me decía que por tímida los clientes no cancelaban completo y que por eso me pagaba incompleto, el sólo me daba máximo 25 mil pesos cada tres días que me decía que me salió un cliente. Yo vivía peor, porque estaba secuestrada prácticamente”.

Así fue como entre chantaje y chantaje la mantuvo en esa red durante dos años, “el me chantajeaba porque como no tenía el dinero suficiente para pagar la deuda, él la asumió, y de una u otra forma yo tenía que pagarle lo que el cancelaba en la funeraria, aparte tenía que pagarle la leche, los pañales y la ropa que le llevaba a mi hijo”.

Su vida giró en un cuento con final feliz

 Aunque Carolina vivía derrumbada, nunca perdió la ilusión de regresar a su casa y brindarle un hogar digno a su hijo, “en noviembre de 2019 recuerdo que llegó una chica nueva, ella estaba en la habitación de al lado, nos hablábamos porque coincidían las ventanillas de los baños de la habitación. Fue mi salvadora, creo que tanto pedirle a mi madre me envío ese ángel guardián. Gracias a ella, pude avisarle a una amiga que denunciara lo que me estaba sucediendo y sí en ese mismo mes llegó una comisión”.

Su llamado de alerta a través de su amiga hicieron posible que la red de su primo fueran privados de libertad. Su vida ahora es más tranquila, su pequeño Tomás ya tiene tres años de edad y ella viaja a valencia - Venezuela cada seis o siete meses, “ahora vivo tranquila con mi hijo, me siento en paz conmigo misma, siento que cumplí con mi hijo y con el alma de mi madre”.