Esta ciudadana colombiana vivió más de 25 años en Venezuela. Sin embargo, debido a la crisis social de ese país, tuvo que retornar a Colombia y se ubicó junto a su familia en Norte de Santander donde creo la Fundación colombo-venezolana Nueva Ilusión, a través de la cual ayuda a migrantes venezolanos, colombianos retornados y población de acogida en temas de regulación migratoria. A su vez, con la creación de un comedor humanitario, brinda alimentación a grupos familiares. Más de 1.000 personas han sido beneficiadas con su aporte durante los últimos años.
Fui una colombiana feliz
"En Venezuela yo viví 23 años, siendo una colombiana feliz. En 2014 se fueron complicando las cosas para nosotros los colombianos, ya no nos vendían el gas, los supermercados tampoco nos querían vender y eso nos llevó junto con mi esposo y mis hijos a tomar la decisión de retornar, fue cuando llegamos a Cúcuta, en el 2015. Luego decidimos emprender. Mi hijo quien aprendió el arte de la carpintería nos facilitó empezar con nuestra pequeña fábrica de muebles", dijo Patricia.
Con el paso del tiempo Patricia vio la necesidad que tenían cientos de ciudadanos que como ella, buscaban retornar a Colombia pero no tenían la asesoría ni las condiciones para hacerlo. Fue gracias a esa solidaridad que se vinculó con organizaciones que trabajan en favor de la población retornada. “Empecé a buscar organizaciones en Colombia como la Cancillería, la Cruz Roja y demás que brindan apoyo a los retornados y fue cuando me vinculé en ese proceso de ayudar a otros ciudadanos a retornar, realizando caracterizaciones entre el año 2015 y 2019”.
Nace una Nueva Ilusión
En el municipio de Los Patios, área metropolitana de Cúcuta, comienzan a verse los frutos de este esfuerzo y es cuando nace el proyecto Nueva Ilusión, una fundación que inicia en un pequeño local donde diariamente llegan decenas de ciudadanos en busca de orientación para su regulación y estatus migratorio. “Allí empecé a atender a los migrantes venezolanos con diferentes problemáticas y a darle rutas de acceso a los retornados ayudándolos en el trámite del Registro Único de Retornados (RUR). En nuestra oficina tenemos atención integral, psicosocial y jurídica”
En el 2019 gracias a una alianza con la organización World Central Kitchen, una organización no gubernamental sin ánimo de lucro dedicada al abastecimiento de comidas alrededor del mundo después de situaciones como desastres naturales, y quienes teniendo en cuenta la situación social de Venezuela, decidieron sumar esfuerzos con la Fundación Nueva Ilusión, abrieron el comedor humanitario con el que han brindado alimentación a los caminantes y retornados especialmente mujeres y niños. “Empezamos con Word Central Kitchen por toda la ruta donde entregamos 1.000 alimentos, actualmente entregamos 600 raciones de alimentos diarios. Hoy somos aliados de GIZ cooperación internacional alemana quienes nos han ayudado con la ampliación de nuestra sede”, añadió la colombiana.
Voz a voz
La apuesta altruista que ha realizado la colombiana Patricia Salguero junto a toda una familia de voluntarios compuesta por otros retornados y migrantes, que solidariamente ayudan a retornados, familias mixtas y caminantes, ha crecido de una manera significativa a lo largo de estos años. “Tenemos una familia de voluntarios de corazón. A nuestras instalaciones nos llegan casos de todo el departamento de Norte de Santander. Los beneficiados nos remiten con otras personas y así vamos haciendo lazos para que muchos puedan acceder a las orientaciones y beneficios. Gracias a eso, organizaciones internacionales han puesto sus ojos en nuestra Fundación y esperamos que a futuro tengamos una oferta cada vez más amplia en favor de estas poblaciones”, expresó.